Al cierre del ejercicio, el espectáculo que se divisa desde el puente no puede ser más desolador. En 2020 la pandemia se ha llevado por delante la vida de más de 71.000 personas. 71.000 españoles que, como ese soldado desconocido al que se homenajea tras las grandes guerras, han fallecido en silencio, muertos sin rostro, a menudo en el mayor de los abandonos, desaparecidos sin dejar rastro por expresa voluntad de un Gobierno decidido a ocultar una tragedia cuya dimensión contrasta violentamente con el enanismo moral de sus miembros. Tragedia sanitaria y derrumbe económico añadido, porque no otra cosa se podía esperar del peor Gobierno que le ha tocado a España en la peor de las circunstancias imaginables. Y junto a la tragedia sanitaria y el desplome económico, la mayor de las crisis políticas ocurridas en el país desde la muerte de Franco, crisis existencial en la que se juega no ya la independencia de Cataluña, esa pesadilla recurrente en la memoria de los españoles, s...