¿Cómo serán las Navidades del coronavirus? ¿Qué pasará con las reuniones familiares? ¿Podremos viajar a otra Comunidad Autónoma para visitar a la familia? ¿Se ampliará el toque de queda? ¿Habrá cabalgatas? El documento más esperado se acordó en el seno de Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud el 2 de diciembre. Sin embargo, este documento "de consenso" son meras recomendaciones (aunque de obligado cumplimiento), y cada Comunidad podrá modificar las medidas e incluso implantar nuevas restricciones. Es decir, que tendremos 17 Navidades diferentes, fruto de los 17 Reinos de Taifas que componen la actual España.
El documento es de auténtica coña. Mientras Salvador Illa decía en la rueda de prensa posterior a la reunión del acuerdo: "en Navidad nos quedamos en casa para celebrar las fiestas y sólo se realizarán todos los movimientos que sean imprescindibles", el documento permite la movilidad entre comunidades para visitar "familiares o allegados".
¿Allegados? ¿Qué coño es un allegado? ¿Hablamos de un amigo, un compañero de trabajo, una pareja, una cita, tíos solterones, consuegras ingratas, vecinas adoptadas ya como un loro de la familia, el novio eterno de la niña, aquella amistad de Toledo, aquel colega descolgado, resobrinos y trascuñados de genealogía confusa y pajarera...?
El Gobierno ha creado el "allegado" como nueva figura de belén de la Navidad, igual que creó el experto para su belén del virus. Son formas de inventarse Navidad y ciencia de la nada, aprovechando la imaginación de la gente. En realidad no hay nadie con el carné gubernamental de allegado ni de experto, sino que el Gobierno, simplemente, va a dejar que nos repartamos nosotros la familia igual que ha dejado que nos repartamos el virus.
El ministro de Sanidad explicó en rueda de prensa que se trata de personas con las que se tiene "una afectividad especial" aunque no exista un "vínculo familiar definido en el sentido tradicional". ¿Y cómo se demuestra esa "afectividad especial"? En definitiva, el ambiguo término es el coladero para que cada cual haga lo que le dé la gana. Es el salvoconducto perfecto. El comodín. La laguna en el plan navideño de Sanidad.
Estas son el resto de medidas restrictivas para la celebración de la Covidad:
Se ha acordado limitar a un máximo de 10 personas las reuniones, salvo que se trate de personas que viven en el mismo domicilio, y se recomienda que no se superen dos grupos de convivencia. Se recomienda el uso de mascarilla todo el tiempo posible y maximizar la ventilación de los hogares durante los encuentros familiares.
El toque de queda se mantiene, pero se amplía un poco el horario los días 24 y 25 de diciembre (Nochebuena y Nochevieja), que será de 1.30 a 6.00h , si bien sólo para regresar al domicilio y "nunca" para desplazarse a fiestas ni encuentros sociales.
El plan navideño de Illa prohíbe -entre el 23 de diciembre de 2020 y el 6 de enero de 2021- la celebración de eventos presenciales con elevada afluencia de público. Se prohíbe también la celebración de los grandes eventos deportivos, como la popular carrera de San Silvestre.
Las actividades navideñas tradicionales que se celebren en cines, teatros, auditorios, carpas de circo o similar (como conciertos navideños o visitas a belenes) se realizarán respetando el aforo previsto en la comunidad o ciudad autónoma correspondiente. Las ceremonias religiosas en espacios cerrados seguirán las normas de aforo regionales, pero se recomienda "no cantar". La tradicional misa del Gallo deberá respetar el toque de queda.
Cuando sea posible, se recomienda que las actividades se realicen al aire libre y siempre garantizando que se cumple la distancia de seguridad. Se recomienda la no celebración de Cabalgatas de Reyes y, en caso de celebrarse, serán estáticas y con control de aforo.
Se aconseja promover la compra en el pequeño comercio, ya que minimiza las aglomeraciones y la movilidad y a la población se le aconseja organizar sus compras con antelación. Las tiendas y centros comerciales deberán cumplir con las normas de aforo marcadas por las autoridades sanitarias en cada comunidad autónoma y las "grandes calles comerciales", vías en las que hay tiendas y suele aglutinarse mucha gente al mismo tiempo, deberán tener un control de acceso. Se podrán organizar mercadillos navideños manteniendo los aforos establecidos en ese momento en cada comunidad autónoma.
En cuanto a la hostelería y restauración, se seguirán las normas de aforo establecidas en ese momento en cada comunidad autónoma; se permitirá hasta un máximo de 6 personas por mesa con una distancia mínima de 1,5 metros entre los comensales de una mesa y entre mesas diferentes. Hay que estar con la mascarilla puesta cuando no se esté comiendo ni bebiendo. Además, se recomienda no fumar en las terrazas.
También se recomienda a los estudiantes que regresan a casa para las vacaciones que limiten las interacciones sociales y extremen las medidas de prevención los 10 días antes, y una vez en el domicilio, limitar contactos, respetar su burbuja de convivencia e interactuar sobre todo al aire libre, en lugar de en el interior.
En el caso de los viajes internacionales, los ciudadanos procedentes de un país o zona de riesgo deberán presentar un test diagnóstico con resultado negativo y realizado en las 72 horas previas a la llegada a España.
[Este plan, aprobado el 2 de diciembre, ha sido modificado por las Comunidades apenas dos semanas después, ante la alta incidencia del virus en esta tercera ola y la aparición de nuevas cepas mucho más contagiosas].
Un modelo matemático diseñado por investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) calcula, mediante la simulación de la transmisión por aerosoles, cuánto tiempo máximo se puede mantener un encuentro con seguridad en función de variables como el uso de mascarilla o la ventilación.
Hagamos una simulación para la cena de Nochebuena según el escenario planteado por Sanidad (10 personas), en un salón de 20 m2. Como vemos, sin mascarilla, hablando en un tono normal y con las ventanas abiertas, sólo estaríamos seguros (de contagiarnos) 21 minutos en caso de que uno de los comensales estuviera infectado. El tiempo se reduciría a solo 13 minutos si cerramos las ventanas y hablamos alto o gritamos.
¿Dónde va Vicente? Donde va la gente. Vicente, sin embargo, no acaba de enterarse de que ya no hay depredadores, al menos en el sentido estrictamente zoológico del término, y que al bichito que ha paralizado la economía y desestabilizado la civilización se lo estamos poniendo a huevo. De manera que allá va Vicente junto con Vicenta y sus Vicentitos, a juntarse con otros miles de Vicentes y Vicentas, a compartir vaho, aliento y lo que venga.
Nueve meses después del 8-M y con más de 50.000 muertos contabilizados, Vicente y el resto de la peña han salido en tromba a comprar regalos y celebrar un Black Friday que, en efecto, puede ser más black que nunca.
También hay que comprender que la gente no para de recibir mensajes contradictorios, igual que esas ratas de laboratorio a las que se les pone delante un trozo de queso, pero que para llegar hasta el queso antes deben pasar por un corredor electrificado. Por un lado, la autoridad les dice que se queden quietecitos en casa, y por otro, que vayan de compras, no vayan a quebrar los grandes almacenes colapsando el sistema capitalista.
Si es verdad que la unión hace la fuerza, esto debe de ser el sindicato de la zambomba. Está claro que si algo falta en este pueblo son luces.
¿Qué puede salir mal? Después de meses de convivencia infeliz con un virus mortal, aprendiendo a apreciar su peculiar manera de destruirnos la vida, parece que en las próximas semanas se producirán cambios que llevaran nuestra relación al siguiente nivel. ¿Por qué se puede intuir? Es fácil. De nuevo, las comparecencias de los caudillos y mini-caudillos han adquirido el tono solemnemente obsequioso de las grandes ocasiones veraniegas, cuando todo eran albricias edénicas y arengas victoriosas:
- Adoradme, pues os daré la mies inmunizante.
- Regocijaos, pues HE(mos) vencido a la vil pestilencia.
- Acercaos, oh guiris de opulenta heredad, que ningún mal os asaltará mientras os acoja en mi seno sanador.
En serio, esta vez sí... ¿qué podría ir mal?
LOS DATOS ESTÁN MEJORANDO...
Así que volvamos a la celebración orgiástica como si nunca hubiera pasado nada. Al fin y al cabo, sólo ha pasado dos veces, mucho se tendría que torcer la cosa para que pasara una tercera. Literalmente imposible que vuelva a pasar...
El hombre es el único animal capaz de esperar seriamente que la piedra con la que ha tropezado 2 veces se aparte, por conciencia cívica y justicia social, del camino que no está dispuesto a variar, así le reviente el zancajo y se le reburujen las falanges en el astrágalo.
NOS MERECEMOS UNA NAVIDAD "NORMAL"...
Así que volvamos a decir que los niños no contagian, que los asintomáticos no contagian, que los sintomáticos tampoco, que no sabemos dónde ni quién se contagia, pero, sobre todo, que nadie se contagia gastando. Ciencia ante todo.
LA POBLACIÓN ESTÁ CONCIENCIADA...
Así que volvamos a confundir con mensajes contradictorios y arbitrarios:
- No os reunáis.
- Reuníos, pero por turnos.
- Sólo los convivientes.
- Pero los niños no cuentan.
- Y los ancianos tampoco.
- Sólo cuentan cuñados y suegras.
LA VACUNA NOS SALVARÁ A TODOS...
Así que vamos a confundir también a la gente con ella:
- Mi vacuna protege más que la tuya.
- Ya, pero la mía viene en más colores.
- Sí, pero yo tengo ahora un ofertón de 2x1 en ARN mensajero y regalo un ribosoma de peluche.
- Bueno, pues entonces la mía protege más de lo que dije antes.
- Pues la mía también.
- Eso es trampa.
- Trampa mis c...
- Bueno, pues vendo mis acciones antes de que lo digas.
- Pues te las compro yo.
- A la FDA vas.
- ¿FDA?
- ...
LO ESTAMOS HACIENDO GENIAL...
Hasta ahora hemos conseguido:
- Decenas de miles de muertos.
- Centenas de miles de enfermos graves.
- Millones de tontos felices.
Sin mucha esperanza: Seamos realistas, responsables e inteligentes... a pesar de todo. ¡Apliquemos RESPONSABILIDAD SOCIAL!
El documento es de auténtica coña. Mientras Salvador Illa decía en la rueda de prensa posterior a la reunión del acuerdo: "en Navidad nos quedamos en casa para celebrar las fiestas y sólo se realizarán todos los movimientos que sean imprescindibles", el documento permite la movilidad entre comunidades para visitar "familiares o allegados".
¿Allegados? ¿Qué coño es un allegado? ¿Hablamos de un amigo, un compañero de trabajo, una pareja, una cita, tíos solterones, consuegras ingratas, vecinas adoptadas ya como un loro de la familia, el novio eterno de la niña, aquella amistad de Toledo, aquel colega descolgado, resobrinos y trascuñados de genealogía confusa y pajarera...?
El Gobierno ha creado el "allegado" como nueva figura de belén de la Navidad, igual que creó el experto para su belén del virus. Son formas de inventarse Navidad y ciencia de la nada, aprovechando la imaginación de la gente. En realidad no hay nadie con el carné gubernamental de allegado ni de experto, sino que el Gobierno, simplemente, va a dejar que nos repartamos nosotros la familia igual que ha dejado que nos repartamos el virus.
El ministro de Sanidad explicó en rueda de prensa que se trata de personas con las que se tiene "una afectividad especial" aunque no exista un "vínculo familiar definido en el sentido tradicional". ¿Y cómo se demuestra esa "afectividad especial"? En definitiva, el ambiguo término es el coladero para que cada cual haga lo que le dé la gana. Es el salvoconducto perfecto. El comodín. La laguna en el plan navideño de Sanidad.
Estas son el resto de medidas restrictivas para la celebración de la Covidad:
Se ha acordado limitar a un máximo de 10 personas las reuniones, salvo que se trate de personas que viven en el mismo domicilio, y se recomienda que no se superen dos grupos de convivencia. Se recomienda el uso de mascarilla todo el tiempo posible y maximizar la ventilación de los hogares durante los encuentros familiares.
El toque de queda se mantiene, pero se amplía un poco el horario los días 24 y 25 de diciembre (Nochebuena y Nochevieja), que será de 1.30 a 6.00h , si bien sólo para regresar al domicilio y "nunca" para desplazarse a fiestas ni encuentros sociales.
El plan navideño de Illa prohíbe -entre el 23 de diciembre de 2020 y el 6 de enero de 2021- la celebración de eventos presenciales con elevada afluencia de público. Se prohíbe también la celebración de los grandes eventos deportivos, como la popular carrera de San Silvestre.
Las actividades navideñas tradicionales que se celebren en cines, teatros, auditorios, carpas de circo o similar (como conciertos navideños o visitas a belenes) se realizarán respetando el aforo previsto en la comunidad o ciudad autónoma correspondiente. Las ceremonias religiosas en espacios cerrados seguirán las normas de aforo regionales, pero se recomienda "no cantar". La tradicional misa del Gallo deberá respetar el toque de queda.
Cuando sea posible, se recomienda que las actividades se realicen al aire libre y siempre garantizando que se cumple la distancia de seguridad. Se recomienda la no celebración de Cabalgatas de Reyes y, en caso de celebrarse, serán estáticas y con control de aforo.
Se aconseja promover la compra en el pequeño comercio, ya que minimiza las aglomeraciones y la movilidad y a la población se le aconseja organizar sus compras con antelación. Las tiendas y centros comerciales deberán cumplir con las normas de aforo marcadas por las autoridades sanitarias en cada comunidad autónoma y las "grandes calles comerciales", vías en las que hay tiendas y suele aglutinarse mucha gente al mismo tiempo, deberán tener un control de acceso. Se podrán organizar mercadillos navideños manteniendo los aforos establecidos en ese momento en cada comunidad autónoma.
En cuanto a la hostelería y restauración, se seguirán las normas de aforo establecidas en ese momento en cada comunidad autónoma; se permitirá hasta un máximo de 6 personas por mesa con una distancia mínima de 1,5 metros entre los comensales de una mesa y entre mesas diferentes. Hay que estar con la mascarilla puesta cuando no se esté comiendo ni bebiendo. Además, se recomienda no fumar en las terrazas.
También se recomienda a los estudiantes que regresan a casa para las vacaciones que limiten las interacciones sociales y extremen las medidas de prevención los 10 días antes, y una vez en el domicilio, limitar contactos, respetar su burbuja de convivencia e interactuar sobre todo al aire libre, en lugar de en el interior.
En el caso de los viajes internacionales, los ciudadanos procedentes de un país o zona de riesgo deberán presentar un test diagnóstico con resultado negativo y realizado en las 72 horas previas a la llegada a España.
[Este plan, aprobado el 2 de diciembre, ha sido modificado por las Comunidades apenas dos semanas después, ante la alta incidencia del virus en esta tercera ola y la aparición de nuevas cepas mucho más contagiosas].
¿Cómo cambia el riesgo de contagio según el espacio y el número de asistentes?
¿Qué pasa si una persona que te acompaña en la cena de Navidad está contagiada de COVID? ¿Cuánto tiempo pasaría hasta que infectara a otros comensales? ¿Cuál es el riesgo que existe para una cena de Navidad con las ventanas abiertas? ¿Y hablando alto sin mascarilla? ¿Es igual si hay 6 o 10 personas?
Un modelo matemático diseñado por investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) calcula, mediante la simulación de la transmisión por aerosoles, cuánto tiempo máximo se puede mantener un encuentro con seguridad en función de variables como el uso de mascarilla o la ventilación.
Hagamos una simulación para la cena de Nochebuena según el escenario planteado por Sanidad (10 personas), en un salón de 20 m2. Como vemos, sin mascarilla, hablando en un tono normal y con las ventanas abiertas, sólo estaríamos seguros (de contagiarnos) 21 minutos en caso de que uno de los comensales estuviera infectado. El tiempo se reduciría a solo 13 minutos si cerramos las ventanas y hablamos alto o gritamos.
Como polillas a la luz
Lo que ocurrió en todas las ciudades de España con el encendido del alumbrado navideño el 27 de noviembre es flipante. ¡Todo el mundo a la calle, en masa, como polillas a la luz! Está claro que a la gente nos gusta juntarnos, unirnos, aglomerarnos, casi tanto como al coronavirus viajar de boca en boca y recorrer mundo. Me imagino que los sociólogos y los biólogos tendrán una explicación para esa tendencia humana al espíritu gregario, tan fuerte que desafía incluso al instinto de supervivencia y a las más elementales recomendaciones sanitarias.¿Dónde va Vicente? Donde va la gente. Vicente, sin embargo, no acaba de enterarse de que ya no hay depredadores, al menos en el sentido estrictamente zoológico del término, y que al bichito que ha paralizado la economía y desestabilizado la civilización se lo estamos poniendo a huevo. De manera que allá va Vicente junto con Vicenta y sus Vicentitos, a juntarse con otros miles de Vicentes y Vicentas, a compartir vaho, aliento y lo que venga.
Nueve meses después del 8-M y con más de 50.000 muertos contabilizados, Vicente y el resto de la peña han salido en tromba a comprar regalos y celebrar un Black Friday que, en efecto, puede ser más black que nunca.
También hay que comprender que la gente no para de recibir mensajes contradictorios, igual que esas ratas de laboratorio a las que se les pone delante un trozo de queso, pero que para llegar hasta el queso antes deben pasar por un corredor electrificado. Por un lado, la autoridad les dice que se queden quietecitos en casa, y por otro, que vayan de compras, no vayan a quebrar los grandes almacenes colapsando el sistema capitalista.
Si es verdad que la unión hace la fuerza, esto debe de ser el sindicato de la zambomba. Está claro que si algo falta en este pueblo son luces.
¿Qué puede salir mal? Después de meses de convivencia infeliz con un virus mortal, aprendiendo a apreciar su peculiar manera de destruirnos la vida, parece que en las próximas semanas se producirán cambios que llevaran nuestra relación al siguiente nivel. ¿Por qué se puede intuir? Es fácil. De nuevo, las comparecencias de los caudillos y mini-caudillos han adquirido el tono solemnemente obsequioso de las grandes ocasiones veraniegas, cuando todo eran albricias edénicas y arengas victoriosas:
- Adoradme, pues os daré la mies inmunizante.
- Regocijaos, pues HE(mos) vencido a la vil pestilencia.
- Acercaos, oh guiris de opulenta heredad, que ningún mal os asaltará mientras os acoja en mi seno sanador.
En serio, esta vez sí... ¿qué podría ir mal?
LOS DATOS ESTÁN MEJORANDO...
Así que volvamos a la celebración orgiástica como si nunca hubiera pasado nada. Al fin y al cabo, sólo ha pasado dos veces, mucho se tendría que torcer la cosa para que pasara una tercera. Literalmente imposible que vuelva a pasar...
El hombre es el único animal capaz de esperar seriamente que la piedra con la que ha tropezado 2 veces se aparte, por conciencia cívica y justicia social, del camino que no está dispuesto a variar, así le reviente el zancajo y se le reburujen las falanges en el astrágalo.
NOS MERECEMOS UNA NAVIDAD "NORMAL"...
Así que volvamos a decir que los niños no contagian, que los asintomáticos no contagian, que los sintomáticos tampoco, que no sabemos dónde ni quién se contagia, pero, sobre todo, que nadie se contagia gastando. Ciencia ante todo.
LA POBLACIÓN ESTÁ CONCIENCIADA...
Así que volvamos a confundir con mensajes contradictorios y arbitrarios:
- No os reunáis.
- Reuníos, pero por turnos.
- Sólo los convivientes.
- Pero los niños no cuentan.
- Y los ancianos tampoco.
- Sólo cuentan cuñados y suegras.
LA VACUNA NOS SALVARÁ A TODOS...
Así que vamos a confundir también a la gente con ella:
- Mi vacuna protege más que la tuya.
- Ya, pero la mía viene en más colores.
- Sí, pero yo tengo ahora un ofertón de 2x1 en ARN mensajero y regalo un ribosoma de peluche.
- Bueno, pues entonces la mía protege más de lo que dije antes.
- Pues la mía también.
- Eso es trampa.
- Trampa mis c...
- Bueno, pues vendo mis acciones antes de que lo digas.
- Pues te las compro yo.
- A la FDA vas.
- ¿FDA?
- ...
LO ESTAMOS HACIENDO GENIAL...
Hasta ahora hemos conseguido:
- Decenas de miles de muertos.
- Centenas de miles de enfermos graves.
- Millones de tontos felices.
Sin mucha esperanza: Seamos realistas, responsables e inteligentes... a pesar de todo. ¡Apliquemos RESPONSABILIDAD SOCIAL!