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Inmolarse con Astrazeneca

Desde que comenzó la pandemia, los gobiernos lo han fiado todo a la vacuna, el Santo Grial que acabaría con el maldito bicho. Las farmacéuticas han creado sueros milagrosos en tiempo récord, los organismos de salud pública se han apresurado a aprobar su uso, y se ha puesto en marcha una campaña de marketing a nivel global sobre los beneficios de inocularse estas vacunas que aún no han sido probadas a gran escala. El resultado: la aparición de efectos adversos que, en algunos casos, son más graves que pasar el coronavirus. Esto es lo que está pasando con la vacuna de AstraZeneca.

La detección de trombosis venosa cerebral en algunos pacientes tras vacunarse con el suero de AstraZeneca ha llevado a varios países a suspender total o parcialmente la vacunación con el suero desarrollado por la farmacéutica AstraZeneca y la Universidad de Oxford: Francia, Alemania, Italia, Austria, Dinamarca, Bulgaria, Países Bajos, Noruega, Islandia, Irlanda, Suecia, Portugal, Eslovenia, Letonia, Lituania y Chipre. España ha sido uno de los últimos países en sumarse a esta lista (¡cómo no!, siempre a la cola).

La vacunación con AstraZeneca se ha suspendido de forma "cautelar", "por prudencia", "por prevención" y "temporalmente", hasta que el comité de evaluación de farmacovigilancia de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) descarte cualquier vinculación o relación causa-efecto, porque las alteraciones de coagulación y, entre ellos, los acontecimientos trombóticos, no se han establecido como una posible reacción adversa de esta vacuna y por tanto, no figuran como tal en la ficha técnica de la misma (desde principios de abril SI).

Son pocos casos, pero suficientes para que el sistema de farmacovigilancia actúe y suspenda la vacunación mientras se estudian.

[Actualización 9 abril: NO son tan "pocos" casos como nos quieren hacer creer. Según un estudio científico con revisión por pares es de 1 de cada 20.000]

A 10 de marzo se habían notificado 30 casos de episodios tromboembólicos tras administrar cerca de 5 millones de dosis en toda la Unión Europea (el número de casos ha ido aumentando a partir de esa fecha). Lo llamativo es que 11 de ellos son casos de trombosis de senos venosos cerebrales, un mal poco frecuente que se desencadena por la presencia de un trombo o un coágulo sanguíneo que impide la correcta circulación sanguínea en el seno cavernoso del cerebro, a lo que se añade una disminución del número de plaquetas en sangre. Y precisamente ahí está la clave: en ver si existe, o no, algún mecanismo biológico por el que la vacuna pueda producir esa disminución de plaquetas.

¿Cuáles son los síntomas de la trombosis de senos venosos cerebrales? Suele manifestarse como un fuerte dolor de cabeza, persistente y tan intenso que puede llegar a ser invalidante, pues los analgésicos no lo alivian, empeora al tumbarse o hacer ejercicio (al aumentar la presión intracraneal), y produce alteraciones visuales u otros síntomas neurológicos persistentes. Esta cefalea va acompañada de otros síntomas similares a los de un ictus (como déficits focales, pérdida de fuerza o sensibilidad mantenida, alteración de la marcha o alteración del lenguaje o habla, episodios confusionales, pérdida de visión…). También puede ir acompañado de vómitos y mareos, e incluso de sangrados internos (trombocitopenia) debido a la disminución de plaquetas en sangre. Los síntomas aparecerían entre los 3 y los 14 días posteriores al pinchazo.

La pregunta del millón: si sufrimos este tipo de trombosis, ¿tiene tratamiento? La respuesta es . Siempre que se actúe a tiempo. La recuperación tras una trombosis de este tipo es completa en aproximadamente un 80% de los pacientes, y solo un 5% desarrolla algún tipo de secuela severa.

En España se ha inoculado la vacuna de AstraZeneca a 975.661 personas y se han detectado (hasta la fecha) "solo" tres casos: una persona con hemorragia cerebral cerebral masiva y edema cerebral (acumulación de líquido en el cerebro), que finalmente falleció 10 días después de haber sido vacunada (tenía 43 años y estaba completamente sana); otra con un ictus isquémico con transformación hemorrágica; y una tercera con trombosis venosa abdominal. [A fecha 6 de abril ya van 12 casos en España].

Aún así, Sanidad no considera necesario "realizar ningún seguimiento específico" a las personas que han sido vacunadas con este antígeno, ni tomar ninguna medida o tratamiento preventivo. Vamos, que se lavan las manos.

Según el Ministerio de Sanidad, los episodios registrados en España son "eventos trombóticos que por sí mismos, aunque infrecuentes, pueden ocurrir en la población general". Sin embargo, los tres cuentan con la particularidad de que los trombos se han asociado a una disminución del número de plaquetas en sangre. De las trombosis que se sufren habitualmente, un porcentaje muy muy pequeño puede asociarse a plaquetas bajas, pero ahora se están dando una acumulación de casos de este tipo de trombosis y todos con plaquetas bajas. Eso es lo que es inusual.

Nos han inducido a vacunarnos a todos con productos experimentales no probados y ahora pretenden hacernos creer que todo está bajo control. ¿Por qué? Porque la de AstraZeneca es la vacuna más barata (la farmacéutica la está vendiendo por el coste), y tiene una fácil logística al poder conservarse durante 6 meses entre 2 y 8ºC. Y además, su investigación ha sido financiada por la UE (¡es nuestra vacuna! no podemos tirar piedras sobre nuestro tejado).

Por otro lado, investigadores de Oxford han observado una enorme bajada en la eficacia de la vacuna de AstraZeneca cuando se trata de casos asintomáticos de la variante británica (que representa el 80% de las infecciones). Con la B117, que ya es dominante en España, la vacuna de AstraZeneca muestra sólo un 29% de eficacia en asintomáticos, lo cual es muy preocupante, ya que el objetivo de evitar la transmisión del virus no se estaría cumpliendo.

A pesar de todas las evidencias, la OMS, la EMA y Gran Bretaña mantienen la defensa de AstraZeneca. Por supuesto, la farmacéutica ha señalado que su vacuna contra la Covid-19 es segura y afirma que "no existe ninguna evidencia de un aumento del riesgo de embolia pulmonar, trombosis venosa profunda o trombocitopenia en ningún grupo de edad definido, sexo, lote o en ningún país concreto".

La OMS aboga por seguir administrando la vacuna de AstraZeneca con normalidad, ya que considera que el número de casos de trombosis vinculados a personas vacunadas son similares a las no vacunadas. Obvia el problema de que esos trombos en concreto, la trombosis venosa cerebral, son una patología del sistema nervioso central muy poco frecuente en la población general, y menos frecuente todavía es que vaya asociada a una bajada de plaquetas.

El Gobierno de Reino Unido (recordemos: esta vacuna es británica) defiende que la vacuna desarrollada por AstraZeneca es "segura y efectiva". Boris Johnson ha recordado que en su país se han administrado más de 11 millones de dosis de este medicamento y que no hay una diferencia demostrable en el número de trombos desde que se comenzó a poner. Es más, Londres contraataca en la 'guerra de las vacunas' y atribuye a Pfizer 26 muertes por infarto y fallo cardíaco, 14 muertes súbitas, y otras 24 por trombos.

La EMA insiste en que se siga vacunando con Astrazeneca, ya que los beneficios superan los riesgos. Dicen que las probabilidades de ingresar en la UCI o de fallecer por Covid son mucho más altas que las de sufrir este tipo de trombosis. E incluso aunque se demostrase que hay relación con la vacuna, el riesgo de trombosis es infinitamente menor (se considera que su incidencia es en torno a 1-1,3 casos/100.000 habitantes al año, puede afectar a cualquier grupo de edad).

[Actualización 29 marzo: Mientras la Agencia del Medicamento Europeo asegura que la vacuna de Astrazeneca es segura y NO encuentra relación de causalidad entre la inoculación de AstraZeneca y los trombos y demás adversos, la Agencia del Medicamento francesa confirma que las extrañas trombosis SÍ son consecuencia del suero de AstraZeneca.]

[Actualización 6 abril: Se han seguido registrando nuevas muertes en personas vacunadas con AstraZeneca, la mayoría en mujeres de menos de 60 años. Solo en España se han notificado un total de 12 casos de aparición de estos trombos "muy poco frecuentes". Un responsable de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) confirma SI hay relación entre la vacuna de AstraZeneca y las trombosis, aunque no saben decir si la relación entre la vacuna y la trombosis está asociada al género de la persona, a su edad o al historial clínico. Sin embargo, la EMA sigue sin recomendar limitar o restringir el uso de la vacuna, e insiste en que debe seguir utilizándose. Únicamente han incluido los trombos como efecto secundario en el prospecto de la vacuna. Países como Dinamarca o Noruega han optado por un enfoque de máxima prudencia y mantienen suspendida temporalmente la administración de esta vacuna. Otros como Suecia decidieron el pasado 25 de marzo retomar las vacunaciones pero solo a los mayores de 65 años, lo mismo que Finlandia, mientras que Alemania solo la inyecta la personas de más de 60 años, y Francia y Bégica a mayores de 55 años. ¿Y España? Solo se pondrá esta vacuna a mayores de 60 años. Queda pendiente solucionar qué pasará con los más de 2 millones de personas que ya han recibido la primera dosis de esta vacuna.]

[Actualización 9 abril: Gobierno, hace 4 semanas: solo se recomienda AstraZeneca para menores de 55 años.
Hace tres semanas: para menores de 65.
Hace dos semanas: para nadie.
La semana pasada: para todos.
Esta semana: para mayores de 60.
Y añado un meme, porque no sé si reir o llorar...]


Hay otro aspecto, además de todo ésto, que no hay que olvidar: el covid-19 genera trombosis y embolias, por lo que no sería descabellado pensar que las vacunas -que desencadenan una respuesta inmunológica- pudieran tener un cierto efecto trombogénico, aunque en mucha menor medida de lo que lo haría la propia enfermedad. Pero, entonces, ¿ocurriría con todas las vacunas, no sólo con la de AstraZeneca? Es algo que aún tienen que estudiar.

[Actualización 10 abril: Parece que la aparición de extraños trombos no es exclusividad de Astrazeneca. La EMA está investigando 4 casos de coagulación sanguínea inusual con bajas plaquetas en pacientes que habían recibido el preparado de Janssen en Estados Unidos. La de Janssen todavía no se está utilizando en la Unión Europea (UE) debido a los retrasos en la entrega de dosis por parte del laboratorio (fue aprobado su uso el 11 de marzo).

En este vídeo, Maria Luisa Garcia Alonso (Farmacéutica especialista en Análisis Clínicos), da una magnífica explicación sobre los efectos secundarios de las "vacunas" disponibles y por qué la inmunidad natural es muy superior a la que proporcionan estos fármacos:



Por otro lado, la suspensión de la vacuna de Astrazeneca va a afectar al calendario de vacunación (¡y hay que salvar el verano!). También ha suscitado gran inquietud entre aquellos que ya han recibido este suero (¡no es para menos!). Por no hablar de que se está rompiendo la confianza en las vacunas por parte de la población en general, o de que la gente no quiere inocularse la de Astrazeneca (sí la de Pfizer o Moderna).

Conclusiones de la EMA sobre AstraZeneca (marzo)

La investigación que la Agencia Europea del Medicamento realizada en marzo concluye que "no hay pruebas" de que las vacunas hayan causado los casos notificados (¿por qué será que no me sorprende?), y aunque así fuera, la vacuna se seguirá administrando igual y solo se limitará su uso a las personas que tengan predisposición a sufrir trombosis.

Las principales conclusiones del estudio de la EMA sobre la vacuna de Astrazeneca son:
* Es segura y eficaz.
* Los beneficios superan con creces los riesgos, pura estadística de los grandes números. ¿Saben lo que pasa? Que al que le toca el número pequeño pierde el premio más preciado que tenía, que era su vida. Así que no parece tan baladí. Hagan el favor de ser racionales y buscar los elementos de riesgo comunes entre los casos ya producidos y después sean honestos: si las muertes se han producido entre mujeres de cierta edad o que tomaban tratamientos hormonales, por precaución saquen esos grupos. Nos daría mucha más tranquilidad a todos.
* La vacuna no se asocia con un aumento de riesgo de coágulos sanguíneos en las personas que lo reciben.
* No hay pruebas de que exista algún problema con lotes específicos de la vacuna o por una fábrica en particular.
* Existe la posibilidad de que la vacuna podría asociarse con casos muy raros de coágulos sanguíneos asociados a trombocitopenia (niveles bajos de plaquetas en sangre) con o sin sangrado, incluyendo a los casos raros de coágulos en vasos cerebrales.

Aproximadamente, 20 millones de personas han recibido la vacuna de Astrazeneca. De ahí, han analizado 7 casos de coágulos en múltiples vasos sanguíneos y 18 casos de trombosis del seno venoso cerebral. No se ha probado una relación causal, pero no se descarta y se seguirá investigando. Consecuencia: España reanudará la vacunación con AstraZeneca el 24 de marzo.

Aconsejan a las personas que reciban la vacuna de AstraZeneca que presten atención a:
-Sensación de falta de aire.
-Dolor en el pecho o en el estómago.
-Piernas o brazos hinchados o fríos.
-Dolor de cabeza intenso o que empeora, o visión borrosa.
-Sangrado persistente.
- Múltiples y pequeños maratones, manchas rojizas o púrpuras o ampollas con sangre bajo la piel.
Para que acudan rápidamente al médico si detectan cualquier de estos síntomas/signos e informen de que se han vacunado recientemente.

Según la EMA, los casos de trombosis detectados han ocurrido dentro de los 14 días posteriores a la vacunación, pero hay que prestar atención a los síntomas/signos especialmente tras 3 días de la vacunación. La mayoría de casos han ocurrido en mujeres menores de 55 años.

[Actualización 6 abril: La Agencia Europea del Medicamento (EMA) ha reconocido que existe “un posible vínculo” entre las personas vacunadas con el antídoto de AstraZeneca y los casos muy raros de coágulos sanguíneos inusuales notificados. Sin embargo, considera que los beneficios generales que aporta esta vacuna en la prevención del covid-19 siguen superando a los riesgos de los posibles efectos secundarios].

Desconfianza en la vacuna de AstraZeneca

La vacuna de AstraZeneca acumula una serie de errores, dudas y falta de transparencia que generan mucha desconfianza en los ciudadanos, a pesar de que era una de las vacunas más prometedoras y de que es más barata, fácil de fabricar y de almacenar que las de Pfizer y Moderna.

¿El motivo? Una mezcla de mala comunicación, falta de transparencia y mala gestión de la información. Aderezado, además, con un conflicto permanente con la Unión Europea por el incumplimiento de contrato en cuanto al suministro.

A todo esto hay que añadir el último conflicto de AstraZeneca con Estados Unidos, país donde aún se está estudiando la aprobación de emergencia para la vacunación de los estadounidenses. El 22 de abril, el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID) ha acusado a la farmacéutica de presentar datos de eficacia de su vacuna “desactualizados y potencialmente engañosos”.

AstraZeneca presentó una eficacia del 79% ante el comité de expertos que evalúa sus ensayos en EE.UU., pero eran datos hasta el 17 de febrero. Los datos más recientes la rebajan al 69-74%, pero la empresa no los incluyó en su comunicado. ¿El objetivo? Aparentar una eficacia mayor de la real.

El NIAID le exigió “datos de eficacia más precisos y actualizados” y la farmacéutica se comprometió a proporcionarlos “en 48 horas”. Pues bien, con esos datos actualizados al 24 de abril, AstraZeneca ha rebajado del 79 % al 76 % la eficacia de su vacuna contra el Covid-19. De no ser por EEUU, en Europa ni nos habríamos enterado.

En cuanto a transparencia, llueve sobre mojado. Ya en septiembre de 2020, la FDA descubrió (por la prensa) que la compañía había tenido que parar sus ensayos por un posible y grave efecto secundario en uno de sus voluntarios.

En noviembre de 2020, al publicar los datos de sus ensayos en fase III, también hubo sorpresas. Su vacuna funcionaba, pero la eficacia variaba mucho según distintas dosificaciones. Y curiosamente, era mayor con media dosis que con una dosis inicial de la vacuna. AstraZeneca presentó una eficacia del 70%, pero esa cifra resultó ser una media. Dos dosis completas de la vacuna tenían un 62% de eficacia para prevenir la covid sintomática, pero cuando se administraba media dosis y después una dosis completa, la eficacia aumentaba hasta el 90%. ¿Cómo podía ocurrir ésto? La compañía nunca pudo dar una explicación.

En diciembre, EE.UU. alertó de que no había suficientes participantes mayores de 55 años en los ensayos de AstraZeneca. La EMA alertaba de lo mismo en enero 2021, cuando la vacuna fue aprobada en Europa. Países como Francia, Alemania, Italia o España decidieron entonces no usar la vacuna en mayores de 55, aunque esto ahora ya parece dar igual y se está inoculando hasta los 65 años de edad.

Por no hablar de los graves efectos adversos detectados (extrañas trombosis). Tanto la farmacéutica como las autoridades sanitarias europeas se empeñan en negar su causalidad.

Tras esta larga serie de traspiés, el nivel de confianza de los ciudadanos en esta vacuna ha caído en picado. En España, una encuesta reciente muestra que si hace un mes el 25% de los encuestados la veían como “insegura”, la semana pasada (cuando se detectaron las trombosis) el porcentaje de desconfianza subió al 52%.

Y en medio de toda esta polémica, ¿qué hace Astrazeneca? Solo se le ocurre tratar de lavar su imagen cambiándole el nombre a su vacuna. El 1 de abril anunció que pasará a llamarse Vaxzevria.

AstraZeneca es la PEOR vacuna (en eficacia) de las autorizadas por la UE, y es la que más se está administrando (por ser la más barata).

Así que la decisión de inmolarnos (o no) con Astrazeneca (o cualquier otra vacuna anti-covid) es una decisión individual de cada cual.

Si lo haces, ¿quién asumirá la responsabilidad (e indemnización) por los efectos secundarios graves (incluso muerte)? Por norma general, cuando una vacuna produce un efecto adverso no deseado en el paciente, éste tiene derecho a reclamar una indemnización por daños y perjuicios debiendo la responsabilidad recaer en el fabricante. Sin embargo, la premura con la que los gobiernos han impulsado la obtención de las vacunas han llevado a la Comisión Europea a hacer una excepción: son los Estados y no las empresas farmacéuticas quienes tengan que hacer frente a las indemnizaciones por efectos posibles perniciosos de la vacuna anti-Covid.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la compañía Chubb Limited firmaron el 17 de febrero de 2021 un acuerdo en nombre del Mecanismo COVAX para la administración de un programa de indemnización SIN CULPA. Se trata del primer y único mecanismo de indemnización por lesiones debidas a las vacunas que funciona a escala internacional y ofrecerá a las personas que cumplan ciertos requisitos en los países y economías que pueden optar al AMC un proceso rápido, justo, sólido y transparente para ser indemnizadas por eventos adversos raros pero graves relacionados con las vacunas distribuidas por COVAX hasta el 30 de junio de 2022.



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