Pablo Iglesias se va del Gobierno. Abandona la Vicepresidencia segunda para competir por la Presidencia madrileña contra Isabel Díaz Ayuso (y también contra el candidato del PSOE, Ángel Gabilondo). Tras más de 5 años como diputado en la Cámara baja, Iglesias entregó su acta y la renuncia a su escaño en el Congreso de los Diputados el 25 de marzo.
El vicemoños tenía pensado mantener su sillón en el Congreso hasta que arrancase la campaña a los comicios, el 18 de abril (fecha simbólica para Iglesias: el 90º aniversario de la proclamación de la II República), pero ha tenido que acelerar su marcha.
El motivo: la Ley Electoral de la Comunidad de Madrid, que hace inelegibles al presidente y los miembros del Gobierno de la Nación y sus secretarios de Estado. Según el artículo 3.2.b), el líder morado no puede seguir en el Ejecutivo central cuando sea presentada la lista de candidatos de Unidas Podemos ante la Junta Electoral regional, y el plazo tope para presentar la lista es el 31 de marzo.
Si el eslogan de precampaña que el PP venía usando en los últimos días era lo de "socialismo o libertad", Isabel Díaz Ayuso, lo ha elevado un punto más al conocer la incorporación de Iglesias a las listas: "Comunismo o libertad".
Pablo Iglesias amenaza con poner contra las cuerdas a la economía madrileña. El coletas ha acusado a Madrid en reiteradas ocasiones de realizar "dumping fiscal" y la ha calificado como "una suerte de paraíso para los ricos". Por ello, si llegara a la presidencia autonómica, los madrileños sufrirían un sablazo fiscal.
Iglesias aún no ha elaborado un programa electoral para los comicios del próximo 4 de mayo, pero sus anteriores propuestas vaticinan en qué va a consistir su plan económico: más intervencionismo, más fiscalidad, más subvenciones, menos propiedad privada y menos libertad.
Pablo Iglesias se va, dejando un legado exiguo. Entre sus compañeros de Moncloa queda la imagen de un ministro poco trabajador y poco proactivo, además de considerarle un político imprevisible del que se puede esperar cualquier cosa. En sus 14 meses de cometidos gubernamentales, ha acumulado graves fracasos. Sin duda, el primero y más grave, su olvido por las personas mayores, las residencias de ancianos, y las personas dependientes.
A lo largo del año de pandemia, Iglesias tan solo ha mantenido un encuentro para abordar la gestión de residencias. Fue el 20 de marzo de 2020 en el Consejo Interterritorial de Servicios Sociales, donde se quedó con la coordinación de la gestión de fondos para la contratación de personal y de material sanitario. De marzo a marzo, más de 30.000 ancianos han perdido la vida en las residencias. El vicepresidente segundo se lava las manos.
La gestión del Ingreso Mínimo Vital tampoco pasará a la historia de la gestión, forzando la maquinaria de una administración que no estaba preparada en ese momento para hacer las cosas como quería el ministro José Luis Escrivá. A fecha de hoy, solo 200.000 hogares de un total de 1,2 millones de solicitudes presentadas han recibido la prestación.
Además, en su haber, Iglesias deja a España en las mayores tasas de pobreza. Somos el 5º país de la Unión Europea según Eurostat (20,5% de la población, con 10 millones de personas), y con la mayor tasa de pobreza severa (10% de la población y 5,1 millón de personas). En España, 1 de cada 4 menores sufre pobreza y exclusión.
Pablo Iglesias presentó el plan de choque de Dependencia, con la firma de los agentes sociales. Pero en el sector, esta gestión ha sido particularmente rebatida por la inacción de Iglesias. Es más, el presidente del Observatorio de la Dependencia denuncia que el complejo procedimiento del Ministerio de Derechos Sociales para gestionar el SAAD, ha entorpecido aún más la gestión de las prestaciones. Tanto que, las plazas para dependientes en centros de día y residencias han retrocedido más de 3 años y se sitúan ahora a niveles similares a septiembre de 2017. La foto finish es la siguiente: más de 55.000 personas han fallecido en la lista de espera de la dependencia en 2020; es decir, 152 fallecimientos diarios. Además, otras 373.800 personas guardan espera a que algún día respondan a esa solicitud.
Después de 14 meses, Iglesias apenas ha esbozado su célebre Ley de Diversidad Familiar, que ha recibido más críticas que parabienes, y que ha llegado a anunciar en varias ocasiones esparcidas en el tiempo. Entretanto, consta que de la protección a las familias, en los PGE de 2021 ha metido un recorte de 183 millones de euros; además de que la eliminación de la prestación por hijo a cargo sin discapacidad o con discapacidad parcial ha condenado a muchas familias que se encuentran en situación de pobreza moderada por sus ingresos anuales, pero que sin embargo no pueden percibir el Ingreso Mínimo Vital por no cumplir con los requisitos.
Aunque no era su cometido, Iglesias ha practicado una política muy intervencionista en la cartera de Trabajo que dirige Yolanda Díaz. Aquí se ha puesto la medalla de la última subida del Salario Mínimo Interprofesional, pero ha mirado para otro lado a la hora de explicar por qué el paro juvenil de España duplica al del resto de Europa (40,4% vs 18%).
En su legado como responsable de las políticas sociales también queda la falta de empatía con las asociaciones especializadas en los distintos ámbitos de su competencia, y en el trato a las personas con discapacidad, incumpliendo la creación de un Centro de Referencia Estatal para personas con Trastorno del Espectro de Autismo.
Pesa en su "Hoja de Servicios" la falta de entendimiento con las entidades del Tercer Sector, a quienes ha reducido su presupuesto y ha cambiado los criterios de gestión del 0,7% del IRPF, y del 0,7% del Impuesto de Sociedades. Además, el sector se siente molesto porque los Presupuestos Generales en el apartado que le compete los ha elaborado sin tener en cuenta a nadie y sin consultar.
Iglesias ha comparecido en muy pocas ocasiones a petición de las grupos políticos en el Congreso, haciendo caso omiso de la sede en la que reside la soberanía nacional. Ahí queda su política de okupas, o aquellos 1.000 millones de los fondos Covid, aun sin llegar o, el abandono del tema del voluntariado.
Era importante figurar al frente de un ministerio con un nombre rimbombante que apenas cupiese impreso en una tarjeta de visita, así que Pedro y él parieron lo de la 'Vicepresidencia de Derechos Sociales y Agenda 2030'.
Nadie sabe muy bien cuáles son las competencias de este engendro del organigrama monclovita, pero lo que sí que está claro es que la actividad desempeñada por Iglesias tras más de un año al frente del mismo puede resumirse en menos letras que las que tiene un telegrama: escribir tuits recomendando series. Punto. Quienes se amontonan en las colas del hambre que se forman cada día frente a los bancos de alimentos aburren al señor del escudo social.
El caso es que su “yo” mediático se estaba marchitando y permanecer al margen de la marcianada esperpéntica desencadenada por la moción de censura de Ciudadanos en Murcia era pedirle demasiado. Su faceta de showman disfrazado de núcleo irradiador antifascista reapareció el 15 de marzo en todo su esplendor en el vídeo que publicó para anunciar su candidatura a la Presidencia de la Comunidad de Madrid. Video, por cierto, grabado desde su despacho de la vicepresidencia, lo cual vulnera la Ley Electoral.
Primero intentó justificarse en la necesidad de una candidatura feminista para hacer frente a la extrema derecha que representa Ayuso. Qué mejor manera de acometer políticas feministas que apartar a la mujer que lidera su partido en Madrid para ponerse él, con el objetivo de arrebatar la Presidencia de la Comunidad a otra mujer. El macho alfa acude raudo a salvar a las mujeres madrileñas de las garras del heteropatriarcado. Aunque me da a mí en la nariz que muchas mujeres de Madrid no van a ser tan dóciles como las de Unidas Podemos a la hora de aceptar la tutela de los morados.
Después pasó a relacionar las políticas “exitosas” de izquierdas que su formación ha conseguido implantar gracias a su integración en el Gobierno de coalición, loando a su sucesora al frente de la vicepresidencia y del partido: Yolanda Díaz. Dijo de ella que es la mejor ministra de Trabajo de la historia. Claro que sí, Pablo: ¡los números la avalan!
Cuatro millones de parados -más de 6 si contamos a los que no están inscritos como demandantes de empleo, gente apuntada a cursos de formación etc-, cientos de miles de personas sin cobrar el ERTE, el SEPE hecho unos zorros por un ataque informático que dura ya 15 días… Las conquistas de Yolanda al frente de la cartera laboral son tan grandes que debería firmar estatutos de los trabajadores todos los fines de semana en el Corte Inglés.
El vendedor de teletienda comunista que habita en Pablo Iglesias tampoco tuvo reparos en catalogar como logro progresista la paralización de los desahucios (un eufemismo para evitar decir “legalización de la okupación” ya que tiene menos mercado entre los pijos universitarios, hijos de grandes propietarios, que les votan), o la llamada ley del “sólo sí es sí”, un bodrio jurídico que, amén de rezumar condescendencia paternalista hacia las mujeres, vulnera la presunción de inocencia y ahonda en el derecho penal de autor.
Éstas son las credenciales que presenta Iglesias para gobernar Madrid. Ni qué decir tiene que, con semejante carta de presentación, el objetivo no es ni Ayuso ni sus potenciales votantes. La campaña que ha iniciado el candidato Pablo pretende única y exclusivamente evitar la desaparición de Unidas Podemos de las instituciones madrileñas atacando a sus rivales más directos en la arena de la izquierda: el Más Madrid de Errejón y el PSOE de Gabilondo. Por este orden, además.
El macho alfa de Unidas Podemos quiere ahora serlo también de la izquierda madrileña, porque sabe que haciendo oposición a Ayuso conseguirá más cámara y flashes que en una vicepresidencia irrelevante de cuyo nombre no quiere acordarse.
En las elecciones autonómicas madrileñas de 2019, Unidas Podemos consiguió el 5,56% de los votos. Podemos pasó en 2019 de contar con 27 parlamentarios a tener solo 7. Recientes sondeos demoscópicos pronostican para las elecciones del 4 de mayo el 4,9% de los votos (y bajando), por lo que Unidas Podemos se quedaría fuera de la Asamblea y no tendría representación en la cámara autonómica. Quedarse fuera de la Asamblea de Madrid sería una hecatombe insuperable, la puntilla para su formación, que ya es irrelevante en Cataluña, País Vasco, Galicia y Andalucía.
Nada de esto es una sorpresa viendo la decadencia a la que Iglesias ha condenado a su partido en apenas 6 años. Purgas, depuración de los disidentes, neutralización de la democracia interna que representaban los asamblearios Círculos, escisiones, traición continuada a los principios fundacionales y crecientes escándalos de corrupción que ya dirimen los tribunales: desde el juez de Madrid Juan José Escalonilla al de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón, desde el Tribunal Supremo hasta el Tribunal de Cuentas. Una carrera vertiginosa por las cloacas.
Iglesias ha envejecido como político en tiempo récord perdiendo sobre la marcha (por unas u otras causas) su principal caudal intelectual y político. El “todo Podemos” sitúa el punto de inflexión del ocaso de Iglesias en la compra del chalet de Galapagar, que convirtió al “Gran Timonel” en el símbolo burgués que tanto denostó Podemos desde su nacimiento.
Enterró el mantra “anticasta”, que demonizaba por igual al PP y al PSOE, y reveló a muchos desencantados socialistas que habían votado al partido morado la verdadera talla de aquella alternativa al bipartidismo de la “nueva izquierda”. Un clarificador “más de lo mismo” encarnado por un líder que en su primera lista de exigencias puso el control de RTVE y del CNI por delante de las políticas sociales.
Ahora, mientras los hagiógrafos de Podemos ensalzan el “audaz” movimiento de Iglesias para dar la “batalla de las ideas” contra Isabel Díaz Ayuso, en los estratos dirigentes de su partido cunde la sensación de fin de ciclo.
Las encuestas elaboradas estos días son demoledoras: Unidas Podemos no supera el 5% de votos, con lo que estaría fuera de la Asamblea de Madrid. Con un resultado así, Iglesias ya no podría seguir adelante. Sólo le queda intentar frenar personalmente esa descomunal ola que se le viene encima el 4-MY y amenaza con llevárselos por delante a él y a su formación. El “macho alfa” de Podemos se considera el único capaz de cambiar el rumbo del Mississippi.
Así que va a gastar su última bala volviendo a traicionar sus postulados. Se impone como candidato sacando del rio a dos mujeres: Isa Serra y Mónica García, la candidata de Más Madrid, a quien ya ha lanzado una primera OPA hostil. Lo primero que ha anunciado Iglesias al confirmar que deja el Gobierno de España es la necesidad de crear un nuevo frente amplio, aparcar diferencias entre Podemos y Más Madrid, y trabajar para crear una candidatura única que sea capaz de enfrentarse a Díaz Ayuso. Propuesta, lógicamente, rechazada.
Pero Pablo Iglesias ya no engaña a nadie. Su nuevo objetivo no es asaltar los cielos. Va a pelear simple y llanamente por no quedarse sin nada.
Actualización 5 mayo: Tras el batacazo electoral de las elecciones madrileñas, en las que Podemos solo ha obtenido 10 escaños, Pablo Iglesias anuncia que abandona la política y renuncia a todos sus cargos.
El vicemoños tenía pensado mantener su sillón en el Congreso hasta que arrancase la campaña a los comicios, el 18 de abril (fecha simbólica para Iglesias: el 90º aniversario de la proclamación de la II República), pero ha tenido que acelerar su marcha.
El motivo: la Ley Electoral de la Comunidad de Madrid, que hace inelegibles al presidente y los miembros del Gobierno de la Nación y sus secretarios de Estado. Según el artículo 3.2.b), el líder morado no puede seguir en el Ejecutivo central cuando sea presentada la lista de candidatos de Unidas Podemos ante la Junta Electoral regional, y el plazo tope para presentar la lista es el 31 de marzo.
Si el eslogan de precampaña que el PP venía usando en los últimos días era lo de "socialismo o libertad", Isabel Díaz Ayuso, lo ha elevado un punto más al conocer la incorporación de Iglesias a las listas: "Comunismo o libertad".
Pablo Iglesias amenaza con poner contra las cuerdas a la economía madrileña. El coletas ha acusado a Madrid en reiteradas ocasiones de realizar "dumping fiscal" y la ha calificado como "una suerte de paraíso para los ricos". Por ello, si llegara a la presidencia autonómica, los madrileños sufrirían un sablazo fiscal.
Iglesias aún no ha elaborado un programa electoral para los comicios del próximo 4 de mayo, pero sus anteriores propuestas vaticinan en qué va a consistir su plan económico: más intervencionismo, más fiscalidad, más subvenciones, menos propiedad privada y menos libertad.
El legado que deja Iglesias
Iglesias deja el proyecto del Ejecutivo socialcomunista generando una inestabilidad extra al presidente. Y Sánchez ha contestado con un mensaje interno que tendrá consecuencias: «Pactaremos en el Congreso con quien nos apoye». Traducido: se ha acabado la primacía de acuerdos con Podemos, pese a ser el socio de Gobierno.Pablo Iglesias se va, dejando un legado exiguo. Entre sus compañeros de Moncloa queda la imagen de un ministro poco trabajador y poco proactivo, además de considerarle un político imprevisible del que se puede esperar cualquier cosa. En sus 14 meses de cometidos gubernamentales, ha acumulado graves fracasos. Sin duda, el primero y más grave, su olvido por las personas mayores, las residencias de ancianos, y las personas dependientes.
A lo largo del año de pandemia, Iglesias tan solo ha mantenido un encuentro para abordar la gestión de residencias. Fue el 20 de marzo de 2020 en el Consejo Interterritorial de Servicios Sociales, donde se quedó con la coordinación de la gestión de fondos para la contratación de personal y de material sanitario. De marzo a marzo, más de 30.000 ancianos han perdido la vida en las residencias. El vicepresidente segundo se lava las manos.
La gestión del Ingreso Mínimo Vital tampoco pasará a la historia de la gestión, forzando la maquinaria de una administración que no estaba preparada en ese momento para hacer las cosas como quería el ministro José Luis Escrivá. A fecha de hoy, solo 200.000 hogares de un total de 1,2 millones de solicitudes presentadas han recibido la prestación.
Además, en su haber, Iglesias deja a España en las mayores tasas de pobreza. Somos el 5º país de la Unión Europea según Eurostat (20,5% de la población, con 10 millones de personas), y con la mayor tasa de pobreza severa (10% de la población y 5,1 millón de personas). En España, 1 de cada 4 menores sufre pobreza y exclusión.
Pablo Iglesias presentó el plan de choque de Dependencia, con la firma de los agentes sociales. Pero en el sector, esta gestión ha sido particularmente rebatida por la inacción de Iglesias. Es más, el presidente del Observatorio de la Dependencia denuncia que el complejo procedimiento del Ministerio de Derechos Sociales para gestionar el SAAD, ha entorpecido aún más la gestión de las prestaciones. Tanto que, las plazas para dependientes en centros de día y residencias han retrocedido más de 3 años y se sitúan ahora a niveles similares a septiembre de 2017. La foto finish es la siguiente: más de 55.000 personas han fallecido en la lista de espera de la dependencia en 2020; es decir, 152 fallecimientos diarios. Además, otras 373.800 personas guardan espera a que algún día respondan a esa solicitud.
Después de 14 meses, Iglesias apenas ha esbozado su célebre Ley de Diversidad Familiar, que ha recibido más críticas que parabienes, y que ha llegado a anunciar en varias ocasiones esparcidas en el tiempo. Entretanto, consta que de la protección a las familias, en los PGE de 2021 ha metido un recorte de 183 millones de euros; además de que la eliminación de la prestación por hijo a cargo sin discapacidad o con discapacidad parcial ha condenado a muchas familias que se encuentran en situación de pobreza moderada por sus ingresos anuales, pero que sin embargo no pueden percibir el Ingreso Mínimo Vital por no cumplir con los requisitos.
Aunque no era su cometido, Iglesias ha practicado una política muy intervencionista en la cartera de Trabajo que dirige Yolanda Díaz. Aquí se ha puesto la medalla de la última subida del Salario Mínimo Interprofesional, pero ha mirado para otro lado a la hora de explicar por qué el paro juvenil de España duplica al del resto de Europa (40,4% vs 18%).
En su legado como responsable de las políticas sociales también queda la falta de empatía con las asociaciones especializadas en los distintos ámbitos de su competencia, y en el trato a las personas con discapacidad, incumpliendo la creación de un Centro de Referencia Estatal para personas con Trastorno del Espectro de Autismo.
Pesa en su "Hoja de Servicios" la falta de entendimiento con las entidades del Tercer Sector, a quienes ha reducido su presupuesto y ha cambiado los criterios de gestión del 0,7% del IRPF, y del 0,7% del Impuesto de Sociedades. Además, el sector se siente molesto porque los Presupuestos Generales en el apartado que le compete los ha elaborado sin tener en cuenta a nadie y sin consultar.
Iglesias ha comparecido en muy pocas ocasiones a petición de las grupos políticos en el Congreso, haciendo caso omiso de la sede en la que reside la soberanía nacional. Ahí queda su política de okupas, o aquellos 1.000 millones de los fondos Covid, aun sin llegar o, el abandono del tema del voluntariado.
Las credenciales de Iglesias
Pablo Iglesias es adicto a la notoriedad. Tiene que ser la novia en la boda, el niño en el bautizo y el muerto en el entierro. Nunca quiso formar parte del Gobierno de coalición para gestionar nada, sino para añadir a su currículum político algún cargo grandilocuente con el que aplacar su insaciable ego.Era importante figurar al frente de un ministerio con un nombre rimbombante que apenas cupiese impreso en una tarjeta de visita, así que Pedro y él parieron lo de la 'Vicepresidencia de Derechos Sociales y Agenda 2030'.
Nadie sabe muy bien cuáles son las competencias de este engendro del organigrama monclovita, pero lo que sí que está claro es que la actividad desempeñada por Iglesias tras más de un año al frente del mismo puede resumirse en menos letras que las que tiene un telegrama: escribir tuits recomendando series. Punto. Quienes se amontonan en las colas del hambre que se forman cada día frente a los bancos de alimentos aburren al señor del escudo social.
El caso es que su “yo” mediático se estaba marchitando y permanecer al margen de la marcianada esperpéntica desencadenada por la moción de censura de Ciudadanos en Murcia era pedirle demasiado. Su faceta de showman disfrazado de núcleo irradiador antifascista reapareció el 15 de marzo en todo su esplendor en el vídeo que publicó para anunciar su candidatura a la Presidencia de la Comunidad de Madrid. Video, por cierto, grabado desde su despacho de la vicepresidencia, lo cual vulnera la Ley Electoral.
Primero intentó justificarse en la necesidad de una candidatura feminista para hacer frente a la extrema derecha que representa Ayuso. Qué mejor manera de acometer políticas feministas que apartar a la mujer que lidera su partido en Madrid para ponerse él, con el objetivo de arrebatar la Presidencia de la Comunidad a otra mujer. El macho alfa acude raudo a salvar a las mujeres madrileñas de las garras del heteropatriarcado. Aunque me da a mí en la nariz que muchas mujeres de Madrid no van a ser tan dóciles como las de Unidas Podemos a la hora de aceptar la tutela de los morados.
Después pasó a relacionar las políticas “exitosas” de izquierdas que su formación ha conseguido implantar gracias a su integración en el Gobierno de coalición, loando a su sucesora al frente de la vicepresidencia y del partido: Yolanda Díaz. Dijo de ella que es la mejor ministra de Trabajo de la historia. Claro que sí, Pablo: ¡los números la avalan!
Cuatro millones de parados -más de 6 si contamos a los que no están inscritos como demandantes de empleo, gente apuntada a cursos de formación etc-, cientos de miles de personas sin cobrar el ERTE, el SEPE hecho unos zorros por un ataque informático que dura ya 15 días… Las conquistas de Yolanda al frente de la cartera laboral son tan grandes que debería firmar estatutos de los trabajadores todos los fines de semana en el Corte Inglés.
El vendedor de teletienda comunista que habita en Pablo Iglesias tampoco tuvo reparos en catalogar como logro progresista la paralización de los desahucios (un eufemismo para evitar decir “legalización de la okupación” ya que tiene menos mercado entre los pijos universitarios, hijos de grandes propietarios, que les votan), o la llamada ley del “sólo sí es sí”, un bodrio jurídico que, amén de rezumar condescendencia paternalista hacia las mujeres, vulnera la presunción de inocencia y ahonda en el derecho penal de autor.
Éstas son las credenciales que presenta Iglesias para gobernar Madrid. Ni qué decir tiene que, con semejante carta de presentación, el objetivo no es ni Ayuso ni sus potenciales votantes. La campaña que ha iniciado el candidato Pablo pretende única y exclusivamente evitar la desaparición de Unidas Podemos de las instituciones madrileñas atacando a sus rivales más directos en la arena de la izquierda: el Más Madrid de Errejón y el PSOE de Gabilondo. Por este orden, además.
El macho alfa de Unidas Podemos quiere ahora serlo también de la izquierda madrileña, porque sabe que haciendo oposición a Ayuso conseguirá más cámara y flashes que en una vicepresidencia irrelevante de cuyo nombre no quiere acordarse.
Los motivos reales de Iglesias
A Pablo Iglesias le gusta arengar a los suyos instándoles a “tomar los cielos por asalto”. Sin embargo, esta vez parece decidido a emprender su batalla electoral, tal vez la última, para no “descender a los infiernos”. Intenta desesperadamente salvar Unidas Podemos.En las elecciones autonómicas madrileñas de 2019, Unidas Podemos consiguió el 5,56% de los votos. Podemos pasó en 2019 de contar con 27 parlamentarios a tener solo 7. Recientes sondeos demoscópicos pronostican para las elecciones del 4 de mayo el 4,9% de los votos (y bajando), por lo que Unidas Podemos se quedaría fuera de la Asamblea y no tendría representación en la cámara autonómica. Quedarse fuera de la Asamblea de Madrid sería una hecatombe insuperable, la puntilla para su formación, que ya es irrelevante en Cataluña, País Vasco, Galicia y Andalucía.
Nada de esto es una sorpresa viendo la decadencia a la que Iglesias ha condenado a su partido en apenas 6 años. Purgas, depuración de los disidentes, neutralización de la democracia interna que representaban los asamblearios Círculos, escisiones, traición continuada a los principios fundacionales y crecientes escándalos de corrupción que ya dirimen los tribunales: desde el juez de Madrid Juan José Escalonilla al de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón, desde el Tribunal Supremo hasta el Tribunal de Cuentas. Una carrera vertiginosa por las cloacas.
Iglesias ha envejecido como político en tiempo récord perdiendo sobre la marcha (por unas u otras causas) su principal caudal intelectual y político. El “todo Podemos” sitúa el punto de inflexión del ocaso de Iglesias en la compra del chalet de Galapagar, que convirtió al “Gran Timonel” en el símbolo burgués que tanto denostó Podemos desde su nacimiento.
Enterró el mantra “anticasta”, que demonizaba por igual al PP y al PSOE, y reveló a muchos desencantados socialistas que habían votado al partido morado la verdadera talla de aquella alternativa al bipartidismo de la “nueva izquierda”. Un clarificador “más de lo mismo” encarnado por un líder que en su primera lista de exigencias puso el control de RTVE y del CNI por delante de las políticas sociales.
Ahora, mientras los hagiógrafos de Podemos ensalzan el “audaz” movimiento de Iglesias para dar la “batalla de las ideas” contra Isabel Díaz Ayuso, en los estratos dirigentes de su partido cunde la sensación de fin de ciclo.
Las encuestas elaboradas estos días son demoledoras: Unidas Podemos no supera el 5% de votos, con lo que estaría fuera de la Asamblea de Madrid. Con un resultado así, Iglesias ya no podría seguir adelante. Sólo le queda intentar frenar personalmente esa descomunal ola que se le viene encima el 4-MY y amenaza con llevárselos por delante a él y a su formación. El “macho alfa” de Podemos se considera el único capaz de cambiar el rumbo del Mississippi.
Así que va a gastar su última bala volviendo a traicionar sus postulados. Se impone como candidato sacando del rio a dos mujeres: Isa Serra y Mónica García, la candidata de Más Madrid, a quien ya ha lanzado una primera OPA hostil. Lo primero que ha anunciado Iglesias al confirmar que deja el Gobierno de España es la necesidad de crear un nuevo frente amplio, aparcar diferencias entre Podemos y Más Madrid, y trabajar para crear una candidatura única que sea capaz de enfrentarse a Díaz Ayuso. Propuesta, lógicamente, rechazada.
Pero Pablo Iglesias ya no engaña a nadie. Su nuevo objetivo no es asaltar los cielos. Va a pelear simple y llanamente por no quedarse sin nada.
Actualización 5 mayo: Tras el batacazo electoral de las elecciones madrileñas, en las que Podemos solo ha obtenido 10 escaños, Pablo Iglesias anuncia que abandona la política y renuncia a todos sus cargos.