Ir al contenido principal

Mr. Wonderful

Cuando compareció para hacer balance del último año, el presidente del Gobierno se mostró triunfal y satisfecho. El pasado 29 de diciembre, Pedro Sánchez dijo que su objetivo era “evitar una tercera ola de coronavirus” (querría decir la cuarta, pues en la tercera ya estábamos). Apenas un mes más tarde, la situación sanitaria roza el colapso y continúa empeorando. Sin embargo, el presidente sigue apareciendo en la tele con los mismos mensajes positivos, a lo Mr. Wonderful, como si su plan fuera según lo previsto.

Sánchez parece convencido de que “tenemos un estado de alarma que funciona” y de que “con esfuerzo y con disciplina” venceremos la tercera cuarta ola. Esa que se propuso evitar. También cree el presidente que nos enfrentamos al coronavirus “con energías renovadas” y que disponemos de las “herramientas necesarias”. ¿Energías renovadas? ¿Herramientas necesarias? ¡En qué país vivirá este hombre!

Por no perder la tradición que inauguró cuando en junio declaró vencida la pandemia, el presidente del Gobierno no tiene intención de reconocer que el país ha fracasado en su intento de evitar la tercera cuarta ola. Prefiere decir, quién sabe si también creer, que está todo controlado. Lo suyo no es gestionar, sino presumir. Lo suyo es el pensamiento positivo, mucho más agradecido en los titulares que la realidad.

Según los médicos de la UCI, la pandemia está en un momento terrorífico. Hay pacientes Covid en los gimnasios y las cafeterías de muchos hospitales. Otros están teniendo que reconvertir su capilla en morgue porque no les caben más muertos. Y de nuevo está practicándose el triaje, o sea, ante la falta de medios, los médicos deben elegir a quién enchufar a un respirador y a quién dejar morir de asfixia. Esta tercera cuarta ola está siendo en muchas autonomías mucho más mortífera de lo que fue la primera.

Mientras tanto, el presidente Sánchez continúa afirmando en sus comparecencias con gesto amable que “estamos en la buena dirección”. Y no es el único que piensa así en el Gobierno.

Hace 10 días que el ministro de Sanidad, Salvador Illa, aseguró que el pico de la pandemia se alcanzaría en días o, a lo sumo, alguna semana. También su principal asesor, Fernando Simón, se mostró convencido hace 7 días de que la curva podría estar llegando al pico o descendiendo. Desde entonces, la incidencia no ha hecho más que empeorar. En la última semana, los muertos notificados rozan los 1.500. La que viene será peor. Así que no. Ni la curva desciende, ni las herramientas actuales bastan, ni el virus está bajo control.

Confundir los deseos con la realidad se parece tanto a mentir que a menudo hace falta un experto para explicar la diferencia. Autoconvencerse de que todo va a salir bien puede ser útil si el objetivo es el alivio momentáneo. Sin embargo, representar escenarios futuros idealizados puede tener costes negativos a largo plazo. Los críticos de la industria de la felicidad alertan de que defender un pensamiento siempre positivo, alejado del realismo, puede ser un factor de riesgo para el bienestar a largo plazo de las personas y para la sociedad en su conjunto.

En sus últimas comparecencias en forma de sesiones de 'coaching' entre micros y banderas, el presidente Sánchez mantiene el mismo gesto de satisfacción que antes de que estuviéramos sumidos en la tercera cuarta ola de la pandemia. La incidencia desbocada no le frunce el ceño. Ante todo, energía positiva. Moncloa ha copiado de los manuales de autoayuda la idea de que ser feliz es una elección y cualquiera puede serlo. Frenar el coronavirus, también.

¿Cómo crees que se tomará una persona con un elevado temor al contagio (al propio y al de los demás), si le intentamos animar con frases del estilo de: “¡Eh!, tú sí que tienes power”?

Pensemos también, por ejemplo, en alguien que tenía un negocio propio, pequeño, pero del que iba tirando mes a mes y que ha tenido que cerrar por todo esto. ¿Cómo le sentaría que le regaláramos una taza que, con letras brillantes y a todo color, pusiera: “Deja de darle vueltas a todo y sonríe”?

¿Y qué me dices de los/as profesionales que se han deslomado en las UCIS de los hospitales y que ven como algunas personas se van de botellón sin tener el más minimo cuidado?, ¿qué les parecería si les mandáramos a través de las redes sociales: “Hacen falta días malos para darte cuenta de lo bonitos que son el resto”?

O imaginemos decirle a alguien que ha sufrido la pérdida de un ser querido, al que no ha podido abrazar como le hubiera gustado, al que hubiera querido despedir como merece todo ser humano: “La vida a veces se hace cuesta arriba, pero las vistas son bonitas”.

Tener tanto aspirante a Mr. Wonderful en la gestión de la pandemia, con una incidencia acumulada de casi 900 casos/100.000 habitantes de media en España y una media diaria de 300 muertos, resulta más peligroso que nunca. Deben de pensarse en el Ministerio de Sanidad que para combatir el Covid-19 necesitamos que nos digan que todo va a salir bien, en vez de esforzarse por mejorar su política sanitaria y ofrecer más recursos para llevarla a cabo. Que tenemos que buscar la fuerza en nuestro interior, no en un aumento de los recursos hospitalarios. Que tenemos que autoconfinarnos, no exigir compensaciones directas e inmediatas para aquellos que se quedan sin ingresos en caso de confinamiento. Y que tenemos que mejorar nuestra actitud, no la ley de salud pública.

Pero atajar una pandemia no es una cuestión de actitud ni de voluntad individual, ajena a la gestión política. Si todos los indicadores empeoran, si tenemos el mayor exceso de muertes per cápita, si una nueva mutación del virus puede volverlo más incontrolable, no resulta creíble que las herramientas sean suficientes y que el problema sea que los ciudadanos no nos hemos esforzado lo suficiente.

Esa apelación a la responsabilidad social de brocha gorda equipara vilmente al que por quedarse en casa se arriesga a perder su trabajo o su negocio con el que solo tiene que agendar sus reuniones por Zoom. No se puede combatir el coronavirus con mensajes de autoayuda, sino con mejores políticas públicas, más coordinación y suficientes recursos sanitarios. Es tarea de la gestión pública, sobre todo la de un Gobierno que promete no dejar a nadie atrás, reforzar la sanidad, y ofrecer suficientes ayudas y soluciones a quienes arriesgan todo ante un nuevo confinamiento.

Si no, es tentador pensar que se niegan a confinarnos, no porque no haga falta otro encierro para frenar la curva, sino porque no han puesto a tiempo los medios para que nos lo podamos permitir. En los productos que venden felicidad, igual que en la estrategia de comunicación del Gobierno frente al coronavirus, se olvidan continuamente del papel que juegan la desigualdad, la incertidumbre económica y la precariedad al apelar a la responsabilidad individual.

Pero qué importa todo lo que va mal ahora, pudiendo fantasear con todo aquello que tal vez vaya bien en un futuro. Esa es la magia del pensamiento positivo. Puede prometer que todo va a ir mejor más adelante y, si ese plazo no se cumple y la cosa no mejora, siempre habrá otro futurible con el que consolarse de los cenizos. Si el presente no acompaña los deseos, para eso están los pronósticos color de rosa. Todo va a salir bien. Saldremos más fuertes. Evitaremos la cuarta ola. Bienvenido, Mr. Wonderful.... o más bien, Mr. Puterful?


Entradas populares de este blog

#GobiernodeChapuzas: 50 errores imperdonables

Los errores e improvisaciones del Gobierno de España en la gestión de la pandemia por coronavirus vienen siendo constantes y gravísimos. Parece que la ciudadanía comienza a "despertar" y se está empezando a dar cuenta de tanta negligencia, y hartos de ello,  en las redes sociales los hashtags #GobiernodeInutiles, #GobiernodeChapuzas, #SánchezVeteYa y #GobiernoDimision son tendencia desde hace días. Incluso se han celebrado varias manifestaciones virtuales ciudadanas para protestar contra las medidas y actuaciones del gobierno de coalición, llegando a pedir su dimisión en bloque. Pero la ineficacia de nuestros dirigentes ha traspasado fronteras . Medios internacionales como el diario británico  The Guardian ha criticado la pésima gestión de Pedro Sánchez, y la prensa alemana también se ha hecho eco de ello diciendo que " España deberá preguntarse cómo pudo ocurrir algo así ". Incluso la OMS pone a España como ejemplo de lo que NO hay que hacer. Un informe in...

CoronaHumor: meteduras de pata y frases épicas de nuestros ministros

Resulta alucinante la incultura e ineptitud de nuestros gobernantes y dirigentes. Es para llevarse las manos a la cabeza. ¡Dios mío, en manos de quiénes están nuestras vidas! Sea por el motivo que sea, en las carreras de los personajes públicos hay escándalos mayúsculos y meteduras de pata muy difíciles de olvidar y, por supuesto, objeto de memes y burlas. Éstas son algunas de las frases épicas de nuestros políticos, ministros y científicos "expertos" en relación al coronavirus: La Ministra de Trabajo y los ERTE En éste vídeo la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, trata de aclarar las dudas de los periodistas sobre los ERTE. ¡De auténtica vergüenza! La explicación ha suscitado numerosos memes como esta parodia , que se ha hecho viral, en la que la actriz Toni Acosta hace un paralelismo cambiando el tema de los ERTE por los ERCE (expediente de regulación de cumpleaños encerrados) . El coronavirus "D-iciembre 2019" de Ayuso La preside...

El populismo casposo de Podemos

Populista es todo aquel que promueve, en la lucha política, la división social en dos grupos homogéneos y antagónicos ("ciudadanía" vs "casta") y aplica políticas autoritarias revestidas de democracia . La irrupción de movimientos populistas ha tenido consecuencias importantes sobre nuestro sistema politico de partidos: la fragmentación del panorama electoral, la polarización ideológica, la acentuación de dinámicas centrífugas en la competición política, y un 'efecto contagio' que ha afectado a las formas e ideas de los partidos tradicionales. Nuestros regímenes democráticos son regímenes de opinión pública a través de la cual, el populismo va calando entre unos gobernantes que no quieren ser "impopulares". De este modo se va imponiendo la opinión de una mayoría no cualificada ni suficientemente informada . Tras las últimas elecciones, el PSOE pasó de negarse a pactar con Podemos (por considerarlo un partido populista destinado a transformar...