Ir al contenido principal

Niños y coronavirus

Todos estamos sufriendo las consecuencias de la crisis del coronavirus. TODOS, no solo los niños. Ya estoy harta del sobreproteccionismo infantil, ése que les ha otorgado el papel de pequeños héroes en esta pandemia. ¿Por qué? ¿Porque están viviéndola en arresto domiciliario? ¡Pues como el resto de la ciudadanía!

Al igual que para los adultos, para los niños el confinamiento es una situación nueva -que supone un cambio de hábitos y rutinas- a la que hay que adaptarse, pero cuentan con la ventaja de que están acompañados de sus padres (figuras de seguridad y afecto). Además, los niños tienen una gran capacidad de adaptación y resiliencia que, en la mayoría de los casos, supera a la de los adultos.

Es cierto que la cuarentena nos está pasando factura, no sólo física sino también emocional y psicológicamente. Perder, de la noche a la mañana, todos nuestros derechos y libertades para regresar a una dictadura nos causa estrés, ansiedad, frustración, enfado, irritabilidad, tristeza, preocupación, miedo, desórdenes del sueño, y un largo etcétera de desajustes emocionales. Y dadas las circunstancias, es algo lógico y normal. Pero repito: A TODOS, no solo a los niños.

Haciéndoles partícipes de lo que está pasando, los padres les deben explicar que en esta situación todos lo estamos pasado mal y que todos estamos padeciendo una oleada de sentimientos negativos. Los progenitores deben mostrarse como modelo de identificación emocional y transmitir cariño, comprensión, paciencia, seguridad y calma. Y explicar que, puesto que todos debemos acatar las mismas órdenes y limitaciones de movimiento, o no existen los héroes, o héroes somos todos.

Este aislamiento afecta a grandes y pequeños

Necesidades de niños y adultos en confinamiento


Los niños tienen unas necesidades diferentes a las de los adultos, y éstas varían en función de su edad y de su capacidad de raciocinio.

De cara a los más pequeños, éste es el momento para tratar de hacer juntos esas actividades para las que antes no había tiempo. El confinamiento es una oportunidad de oro para pasar más tiempo con sus progenitores, para estar en familia, para tener "en exclusiva" y por tiempo ilimitado a sus padres junto a ellos, para jugar, pintar, leer cuentos, ver pelis, bailar, cocinar, hacer manualidades, disfrazarse, contar anécdotas divertidas, y realizar todo tipo de actividades juntos (aunque sea en casa). Y esto es algo muy positivo (y necesario) para los niños. Por supuesto que habrá momentos de tensión, de hastío, e incluso de rebeldía; pero así es la vida cuando uno tiene hijos.

A partir de los 7 años son más conscientes de la situación, lo cual también tiene sus ventajas, ya que son más capaces de entretenerse solos y a su vez tienen más herramientas tecnológicas a su disposición para mantener sus relaciones de amistad, cubriendo sus necesidades sociales con videollamadas o grupos de Whatsapp, por ejemplo.

Si los niños más pequeños están entusiasmados ante la perspectiva de recibir atención de los padres las 24 horas, los 7 días de la semana, los adolescentes puede que sientan lo contrario. Requerirán de una mayor libertad en su tiempo para socializar y mantener de forma virtual los vínculos con sus amigos. En mi caso particular, veo que son felices enclaustrados durante horas y horas tras una consola o pantalla de ordenador jugando online con sus colegas, sin que nadie les regañe o les obligue a salir de casa para tirar la basura o para ayudar en las tareas del hogar. Ése es su estado ideal y no desean en absoluto regresar a "la normalidad".

Se habla mucho de las necesidades de los niños pero... ¿qué hay de las necesidades de los adultos? El confinamiento está teniendo repercusiones más negativas o estresantes para los progenitores que para los propios niños.

Adultos que además de trabajar desde casa (en muchos casos) nos tenemos que ocupar de la cocina, mantener la casa más o menos en orden, la enseñanza de los menores y promover una convivencia en armonía, a la par que tratamos de neutralizar nuestras propias emociones (negativas) para crear un clima de seguridad.


Y al estrés vinculado a esta multitarea se une la preocupación. Porque somos mucho más conscientes de la gravedad de esta crisis, que no solo está afectando a nuestra salud, sino también a nuestros empleos, a nuestra economía familiar, y a un modo de vida que jamás volverá a ser lo que fue (por no hablar de que, quizás hayamos perdido a algún familiar por el camino).
La situación es muy difícil de llevar porque sabemos que el mundo, tal y como lo conocíamos, ha muerto.



Desconfinamiento infantil


Cumpliendo con el sobreproteccionismo infantil que tenemos en este país, el Ministerio de Sanidad ha pedido a la Asociación Española de Pediatría que cree un grupo de trabajo para valorar los condicionantes para el desconfinamiento de los niños con la finalidad de que puedan recuperar -en parte- su libertad.

Dicho y hecho. A partir del 26 de abril, todos los menores de 14 años podrán salir de casa durante una hora al día (entre las 9 de la mañana y las 9 de la noche), acompañados de un adulto que conviva con ellos, y a una distancia inferior a un kilómetro de su domicilio. Se les permite correr, saltar, hacer ejercicio y llevar sus propios juguetes (potenciales fuentes de contagio), pero habrán de respetarse las medidas de distanciamiento social (no jugar con otros niños/amigos).



A los de 14 años o más que nos jodan. A toda la masa de población productiva (que puede trabajar) y sana del país que nos den. Estamos obligados a continuar nuestro arresto domiciliario por tiempo ilimitado mientras contemplamos desde la barrera que toda la economía del país se ha ido al carajo, mientras vemos que ya no podremos reabrir las puertas de nuestros pequeños negocios, y mientras contemplamos que nuestras miserables economías familiares están en números rojos.

"No estamos preparados aún para un desconfinamiento de la población" -dice el ministro Illa.
Sí lo estamos para jugar al balón y montar en patinete. ¡Yuhuuuu!
Al menos podemos estar contentos de que nuestros hijos ya tengan los mismos derechos que los perros. Es un paso.


Actualización 28 de abril: Lo que no sabíamos todos los españoles (ni el propio Gobierno) es que con este desconfinamiento infantil iniciábamos la Fase 0 de la llamada desescalada, término inventado por nuestros políticos para referirse a la recuperación paulatina de nuestros derechos y libertades. Según el Plan presentado por el Ejecutivo, los adultos podremos salir a la calle a partir del 2 de mayo, para pasear y hacer deporte, en determinados horarios.

La "desescalada" del confinamiento de los niños ha estado cargada de polémica. Y tampoco es de extrañar, conociendo la trayectoria de nuestro Gobierno De Chapuzas en la nefasta y negligente gestión de esta pandemia.

Primeramente la Ministra Montero anunció (el día 21) que sería para los menores de 12 años, y que sólo podrían salir de casa para acompañar a sus padres "a hacer recados", como ir al supermercado, al banco o a la farmacia (es decir, a lugares cerrados, llenos de gente y, como consiguiente, focos de contagio). Nunca a pasear o a un parque.

Ante lo ilógico de la medida, tan solo 4 horas después el Gobierno se vio obligado a rectificar, aumentando la edad hasta los 14 años y permitiéndoles actividades lúdicas. ¿A qué se debe tal rapidez? A que había Consejo de Ministros y el Gobierno de Sánchez no quería que las hienas de la oposición se le echaran encima. (La rectificación del Gobierno ha tenido lugar después de una tensa reunión durante la tarde entre el propio Illa y el vicepresidente segundo del Ejecutivo, Pablo Iglesias, de quien depende directamente la Dirección General de Infancia).

Pero ¿por qué este prematuro desconfinamiento de los niños? No es por el bienestar psicológico, físico y mental de los menores, sino (una vez más) por el propio interés político de Pedro Sánchez. Unos días antes, Quim Torra (su socio independentista de gobierno) anunció que iba a pasar olímpicamente de lo que dijera el Gobierno Central (recordemos, Mando Único en esta crisis) y que iba a permitir a los niños catalanes salir a la calle por su cuenta y riesgo. Como Sánchez necesita su apoyo en el Congreso para seguir decretando su dictadura, y no quiere enfrentamientos con los independentistas, no ha hecho otra cosa sino claudicar a las órdenes de Torra, permitiendo (eso sí) a todos los niños españoles salir de su encierro.

La orden del Ministerio de Sanidad que autoriza las salidas diarias de los niños incumple, según los expertos, la reserva de ley orgánica de la Constitución para regular derechos fundamentales. Para la mayoría de los juristas consultados, tanto la obligación de confinamiento como su cancelación, total o parcial, son irregulares sin la existencia de una ley orgánica específica, aprobada por mayoría parlamentaria que lo autorice, o sin pasar del estado de alarma al de excepción.

Y es que la ley es clara: si se quiere alterar el ejercicio de un derecho fundamental como la libre circulación de los ciudadanos sólo se puede hacer mediante los cauces previstos. El propio decreto que regula la prórroga del estado de alarma dice: «En las actuales circunstancias de evolución de la pandemia, y a la luz de la experiencia comparada, la condición para iniciar la vuelta progresiva a la normalidad se cifra, más bien, en poder identificar los nuevos brotes para generar una rápida y eficaz respuesta de control epidemiológico que proteja al conjunto de la población y que evite la presión sobre la capacidad asistencial del sistema sanitario».

Es decir, como el propio Ejecutivo reconoce en su texto ministerial, la pandemia no ha desaparecido, por lo que -según los juristas- «No cabe entender que una vuelta a la normalidad equivalga a la supresión del riesgo sanitario, puesto que este escenario sólo será posible cuando se disponga de una vacuna, un tratamiento médico eficaz o de la inmunidad necesaria de la población».

Mientras tanto, a juicio de los juristas, ninguna de las leyes vigentes autoriza al ministro Illa a intervenir y regular los derechos de los ciudadanos, constitucionalmente protegidos. Ni siquiera, como apuntan algunas tesis, la Ley Orgánica 3/1986, de 14 de abril, de medidas especiales en materia de Salud pública, según la cual las autoridades competentes podrían tomar «medidas de reconocimiento, tratamiento, hospitalización o control» cuando existan indicios sobre la existencia de un riesgo real para la salud de los ciudadanos, pero hace mención explícita a «las personas que estén o hayan estado en contacto con los mismos y del medio ambiente inmediato», con el fin de reducir el peligro de contagio. En ningún caso a TODA LA POBLACIÓN DEL PAÍS. Y, o salimos todos, o no salimos ninguno.


Salvoconducto para el Ratoncito Pérez


En tiempos de cuarentena por coronavirus, son muchos los niños preocupados por el Ratoncito Pérez. Ahora que nos han encarcelado en nuestras casas, ¿quién me traerá un regalito cuando se me caiga un diente? ¿El Ratoncito Pérez también está en arresto domiciliario y no podrá venir a mi casa? - Se preguntan.

Niñ@s de España, no tenéis de qué preocuparos. Todos los Ayuntamientos de este país de la tontería y de las estúpidas ilusiones han emitido Bandos Municipales en los que otorgan un permiso excepcional al mágico roedor para saltarse el confinamiento para poder visitar a l@s niñ@s ya que, por supuesto, realiza una “actividad esencial”.
Eso sí, está obligado a acudir “por la noche” a las viviendas y a usar “las medidas de protección necesarias”, como guantes y mascarillas, así como “lavarse muy bien las manos con jabón, como hacen nuestros niños y niñas”.


Recordemos (a 25 de abril): 224.000 contagiados, 25.000 fallecidos, 47 millones de españoles encerrados en sus casas durante 42 días (más otros 14 que nos faltan, como mínimo), y toda la economía del país paralizada.

Para combatir la situación: Bandos Municipales (con su sello, firma digital y hasta número de registro) que otorgan un permiso especial al Ratoncito Pérez. ¡Ah! Y que no se nos olvide aplaudir en nuestros balcones. Así nos va. Vergüenza de país.


Cumpleaños infantiles en aislamiento


Me indigna profundamente el nuevo rol que han asumido algunos Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Como nuestros hijos se han convertido en los pequeños héroes de la pandemia, ahora la Policía Nacional les hace entrega de un Diploma "por su buena conducta".




Y la cosa no queda ahí. Las patrullas de la policía también se dedican a ir de casa en casa felicitando los cumpleaños a los niños. ¡Tiene tanta demanda que incluso hay que solicitarlo con varios días de antelación!

¿Pero qué pitorreo es éste? ¿Desde cuándo, entre las funciones de la Policía, se encuentra la de payaso? ¿Con los impuestos de todos los españoles? ¡NO!

¡Padres y madres de España! ¿Vivís en los mundos de Yupi? ¿De verdad que, en una situación tan grave como ésta, creéis que la policía no tiene otra cosa mejor que hacer que ir a cantarle el cumpleaños feliz a vuestros hijos? ¡NO!

El Gobierno ha intentado prohibirlo pero ante la avalancha de quejas de la ciudadanía han tenido que recular y permitirlo. Me resulta indignante y es una muestra más de que estamos en un país de pandereta.

Entradas populares de este blog

#GobiernodeChapuzas: 50 errores imperdonables

Los errores e improvisaciones del Gobierno de España en la gestión de la pandemia por coronavirus vienen siendo constantes y gravísimos. Parece que la ciudadanía comienza a "despertar" y se está empezando a dar cuenta de tanta negligencia, y hartos de ello,  en las redes sociales los hashtags #GobiernodeInutiles, #GobiernodeChapuzas, #SánchezVeteYa y #GobiernoDimision son tendencia desde hace días. Incluso se han celebrado varias manifestaciones virtuales ciudadanas para protestar contra las medidas y actuaciones del gobierno de coalición, llegando a pedir su dimisión en bloque. Pero la ineficacia de nuestros dirigentes ha traspasado fronteras . Medios internacionales como el diario británico  The Guardian ha criticado la pésima gestión de Pedro Sánchez, y la prensa alemana también se ha hecho eco de ello diciendo que " España deberá preguntarse cómo pudo ocurrir algo así ". Incluso la OMS pone a España como ejemplo de lo que NO hay que hacer. Un informe in...

CoronaHumor: meteduras de pata y frases épicas de nuestros ministros

Resulta alucinante la incultura e ineptitud de nuestros gobernantes y dirigentes. Es para llevarse las manos a la cabeza. ¡Dios mío, en manos de quiénes están nuestras vidas! Sea por el motivo que sea, en las carreras de los personajes públicos hay escándalos mayúsculos y meteduras de pata muy difíciles de olvidar y, por supuesto, objeto de memes y burlas. Éstas son algunas de las frases épicas de nuestros políticos, ministros y científicos "expertos" en relación al coronavirus: La Ministra de Trabajo y los ERTE En éste vídeo la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, trata de aclarar las dudas de los periodistas sobre los ERTE. ¡De auténtica vergüenza! La explicación ha suscitado numerosos memes como esta parodia , que se ha hecho viral, en la que la actriz Toni Acosta hace un paralelismo cambiando el tema de los ERTE por los ERCE (expediente de regulación de cumpleaños encerrados) . El coronavirus "D-iciembre 2019" de Ayuso La preside...

El populismo casposo de Podemos

Populista es todo aquel que promueve, en la lucha política, la división social en dos grupos homogéneos y antagónicos ("ciudadanía" vs "casta") y aplica políticas autoritarias revestidas de democracia . La irrupción de movimientos populistas ha tenido consecuencias importantes sobre nuestro sistema politico de partidos: la fragmentación del panorama electoral, la polarización ideológica, la acentuación de dinámicas centrífugas en la competición política, y un 'efecto contagio' que ha afectado a las formas e ideas de los partidos tradicionales. Nuestros regímenes democráticos son regímenes de opinión pública a través de la cual, el populismo va calando entre unos gobernantes que no quieren ser "impopulares". De este modo se va imponiendo la opinión de una mayoría no cualificada ni suficientemente informada . Tras las últimas elecciones, el PSOE pasó de negarse a pactar con Podemos (por considerarlo un partido populista destinado a transformar...