Evitar la quinta ola. Ese era el objetivo de las medidas restrictivas impuestas con carácter obligatorio para la Semana Santa (toque de queda, limitación de movilidad, y reducción de los contactos sociales). ¿Y dónde estamos 15 días después de Semana Santa? Inmersos en la quinta ola de contagios por coronavirus. Ahora no dirá Fernando Simón que "nos lo hemos pasado demasiado bien", ¿no?.
La ocupación de enfermos por coronavirus en UCI era del 18,40% y en camas convencionales de hospital del 6,09%. Había solo tres CCAA en riesgo alto (alerta 3), Asturias, Cataluña, País Vasco, mientras otras tres estaban en riesgo extremo (alerta 4): Ceuta, Madrid, Melilla.
PUNTO FINAL: El día en que decayeron las restricciones especiales de Semana Santa (9 abril 2021), los datos reflejaron que la incidencia acumulada a 14 días había subido 43,46 puntos a nivel nacional, situándose en 182,09 casos/100.000 habitantes, con una tasa de positividad del 7,76%.
La ocupación de enfermos por coronavirus en UCI era del 20% y en camas convencionales de hospital del 7,48%. Las comunidades autónomas en riesgo alto o extremo eran 10, en lugar de 6.
CONCLUSIÓN: Nuestros dirigentes no han aprendido a hacer nada que no sea prohibir, restringir, obligar y dar normas, distintas, divergentes e incomprensibles. Porque ante la evidencia de los datos, solo cabe preguntarse: ¿sirve de algo tanta restricción? ¿Son realmente efectivas las medidas prohibitivas, abusivas y (en muchos casos) absurdas que están adoptando los gobiernos para (supuestamente) mantener a raya al virus?
Tras más de un año de pandemia, el Gobierno sigue apostando por soluciones medievales que no sólo no han mostrado más eficacia que otras menos restrictivas en la lucha contra el Covid-19, sino que, además, destrozan la economía. Es el caso de los cierres perimetrales de las autonomías, o las restricciones a la movilidad por decreto o de facto mediante toques de queda o sucedáneos.
Antes de cercernar nuestras libertades y derechos fundamentales deberían analizar:
- ¿Han tenido mucha menos incidencia de casos las comunidades que optaron por el cierre de la hostelería, frente a las que han optado por dejarla abierta con restricciones de aforo?
- ¿Mejora mucho la situación epidemiológica de una región el cierre de bares y tiendas a las 8 de la tarde en vez de a las 10 de la noche?
Resulta más que dudoso, a la vista de los datos que el propio Ministerio de Sanidad ofrece a diario sobre la evolución de la pandemia.
Por cuarta semana consecutiva, los contagios de coronavirus en España siguen en aumento desde que comenzó a crecer el 15 de marzo.
A 14 de abril, un mes después de dar por finalizada la cuarta ola (cuando la incidencia nacional llegó al mínimo de 127 casos/100.000 hab), la curva se vuelve a situar en el umbral de riesgo "alto" fijado por Sanidad.
El 'semáforo Covid' considera que la situación epidemiológica en estas circunstancias es de «transmisión comunitaria no controlada y sostenida», que «puede exceder las capacidades de respuesta del sistema sanitario».
La incidencia acumulada a 14 días se sitúa en 200,9 casos/100.000 hab, con una presión en las UCI del 21,56% (datos al 14 de abril). Cabe recordar que la ocupación alta de las UCI es el paso previo a un incremento de los fallecimientos.
Aunque el incremento de los contagios se extiende por el conjunto del territorio, las comunidades con más población son las más afectadas por el aumento de casos.
Entre las regiones en riesgo extremo se encuentran Ceuta, Navarra, Madrid y País Vasco, seguidas de Cataluña y La Rioja.
En riesgo alto se encuentran Andalucía, Aragón, Asturias, Cantabria y Castilla-La Mancha.
¿Preocupación? Ninguna. Ahora estamos en campaña electoral y éso es lo importante para el presidente de Gobierno. Las elecciones anticipadas autonómicas de la Comunidad de Madrid se han transformado en una guerra abierta de Sánchez contra Ayuso. El objetivo del PSOE es arrebatar a toda costa al PP el poder de la capital de España. Todas las encuestas le son desfavorables, por lo que tiene que poner toda la carne en el asador para derrocar a Ayuso, y utilizar todo tipo de artimañas. La pandemia queda en un segundo plano.
Por lo pronto, Pedro Sánchez ya ha anunciado su intención de levantar el estado de alarma el 9 de mayo sin más plan que «el avance de la vacunación» y la petición de «seguir resistiendo un poco más». A partir de esa fecha, los jueces tendrán que autorizar, una a una, las restricciones que pretendan implantar los presidentes autonómicos.
El líder socialista compareció el 14 de abril en el Congreso para dar cuentas de la situación de la pandemia, precisamente obligado por el decreto de estado de alarma, pero dedicó su oratoria a reivindicar la III República y sacó pecho, una vez más, por su plan de recuperación de la economía (que ya ha presentado ¡ocho veces! pero que aún sigue sin concretar las reformas más importantes: pensiones, laboral y fiscal). Pura propaganda política.
Otro buen pellizco de su intervención se lo llevaron las vacunas, para reiterar que se cumplirán los objetivos y que el 70% de la población estará vacunada en verano, pese a los problemas que está habiendo con las vacunas: desabastecimiento y falta de suministro por parte de las farmacéuticas, y efectos secundarios adversos muy graves con las vacunas de Astrazeneca y Janssen.
Una de las causas principales del actual aumento de contagios es la variante británica (B.1.1.7). Esta cepa es mucho más contagiosa y es ya la predominante en España (representa el 70-90% de los contagios).
Otra de las causas de esta quinta ola es la lentitud en el proceso de vacunación, todavía muy lejos de proteger a una proporción importante de la población. En este momento solo hay 2.505.842 personas con la pauta completa, lo que apenas representa el 5,3% de la población. Los epidemiólogos coinciden en que la vacuna no ha tenido tanta influencia en la curva de contagios, ya que la mayor parte de las infecciones se produce en gente más joven, que no ha tenido acceso al pinchazo.
La fatiga pandémica es otra de las causas. Cada vez hay más gente haciendo pillerías para saltarse prohibiciones que considera abusivas y absurdas. El sinfín de normas (distintas, divergentes, incomprensibles) que debemos cumplir desde hace más de un año, han provocado el hartazgo ciudadano y que muchos se las pasen por el arco del triunfo.
Y, por supuesto, la principal causa del aumento de casos es la ausencia de rastreo, un lastre que llevamos arrastrando desde el comienzo de la pandemia. Un eficaz rastreo de contactos permitiría aislar a los infectados y cortar la transmisión antes de que ésta se disparase, pero no se está haciendo.
Desde el pico alcanzado el 23 de abril (232,55 casos por 100.000 habitantes), nos instalamos en una especie de meseta, dando un pasito adelante y otro atrás, con los contagios bajando muy lentamente. A principios de mayo, Sanidad dio por controlada la quinta ola de coronavirus en España.
Desde entonces, la curva de descenso lleva días estable en una incidencia en torno a los 110-120 casos/100.000 hab. Hay más de 100 muertos por Covid-19 diariamente, y la tasa de ocupación de camas ocupadas por coronavirus se sitúa en el 2,88% y en las UCI en el 10,51%. ¿Es esto la nueva normalidad?
Desde el inicio de la pandemia, alcanzar el nivel "bajo" de transmisión (una IA a 14 días inferior a 50 casos/100.000 hab) ha sido el objetivo último en todos los escenarios. Pero a 10 de junio tenemos una incidencia de 110.35, y ya no parece importar. ¡Hay que salvar el verano a toda costa!
Balance de la Semana Santa
PUNTO DE PARTIDA: El día que comenzaron las restricciones de Semana Santa (24 de marzo 2021), la incidencia acumulada a 14 días se situaba en 138,63 casos/100.000 habitantes, con una tasa de positividad del 5,56%.La ocupación de enfermos por coronavirus en UCI era del 18,40% y en camas convencionales de hospital del 6,09%. Había solo tres CCAA en riesgo alto (alerta 3), Asturias, Cataluña, País Vasco, mientras otras tres estaban en riesgo extremo (alerta 4): Ceuta, Madrid, Melilla.
PUNTO FINAL: El día en que decayeron las restricciones especiales de Semana Santa (9 abril 2021), los datos reflejaron que la incidencia acumulada a 14 días había subido 43,46 puntos a nivel nacional, situándose en 182,09 casos/100.000 habitantes, con una tasa de positividad del 7,76%.
La ocupación de enfermos por coronavirus en UCI era del 20% y en camas convencionales de hospital del 7,48%. Las comunidades autónomas en riesgo alto o extremo eran 10, en lugar de 6.
CONCLUSIÓN: Nuestros dirigentes no han aprendido a hacer nada que no sea prohibir, restringir, obligar y dar normas, distintas, divergentes e incomprensibles. Porque ante la evidencia de los datos, solo cabe preguntarse: ¿sirve de algo tanta restricción? ¿Son realmente efectivas las medidas prohibitivas, abusivas y (en muchos casos) absurdas que están adoptando los gobiernos para (supuestamente) mantener a raya al virus?
Tras más de un año de pandemia, el Gobierno sigue apostando por soluciones medievales que no sólo no han mostrado más eficacia que otras menos restrictivas en la lucha contra el Covid-19, sino que, además, destrozan la economía. Es el caso de los cierres perimetrales de las autonomías, o las restricciones a la movilidad por decreto o de facto mediante toques de queda o sucedáneos.
Antes de cercernar nuestras libertades y derechos fundamentales deberían analizar:
- ¿Han tenido mucha menos incidencia de casos las comunidades que optaron por el cierre de la hostelería, frente a las que han optado por dejarla abierta con restricciones de aforo?
- ¿Mejora mucho la situación epidemiológica de una región el cierre de bares y tiendas a las 8 de la tarde en vez de a las 10 de la noche?
Resulta más que dudoso, a la vista de los datos que el propio Ministerio de Sanidad ofrece a diario sobre la evolución de la pandemia.
La quinta ola ya está aquí
¿En qué situación nos encontramos? Adentrándonos de cabeza en la quinta ola. El crecimiento es sostenido y se está acelerando poco a poco.Por cuarta semana consecutiva, los contagios de coronavirus en España siguen en aumento desde que comenzó a crecer el 15 de marzo.
A 14 de abril, un mes después de dar por finalizada la cuarta ola (cuando la incidencia nacional llegó al mínimo de 127 casos/100.000 hab), la curva se vuelve a situar en el umbral de riesgo "alto" fijado por Sanidad.
El 'semáforo Covid' considera que la situación epidemiológica en estas circunstancias es de «transmisión comunitaria no controlada y sostenida», que «puede exceder las capacidades de respuesta del sistema sanitario».
La incidencia acumulada a 14 días se sitúa en 200,9 casos/100.000 hab, con una presión en las UCI del 21,56% (datos al 14 de abril). Cabe recordar que la ocupación alta de las UCI es el paso previo a un incremento de los fallecimientos.
Aunque el incremento de los contagios se extiende por el conjunto del territorio, las comunidades con más población son las más afectadas por el aumento de casos.
Entre las regiones en riesgo extremo se encuentran Ceuta, Navarra, Madrid y País Vasco, seguidas de Cataluña y La Rioja.
En riesgo alto se encuentran Andalucía, Aragón, Asturias, Cantabria y Castilla-La Mancha.
¿Preocupación? Ninguna. Ahora estamos en campaña electoral y éso es lo importante para el presidente de Gobierno. Las elecciones anticipadas autonómicas de la Comunidad de Madrid se han transformado en una guerra abierta de Sánchez contra Ayuso. El objetivo del PSOE es arrebatar a toda costa al PP el poder de la capital de España. Todas las encuestas le son desfavorables, por lo que tiene que poner toda la carne en el asador para derrocar a Ayuso, y utilizar todo tipo de artimañas. La pandemia queda en un segundo plano.
Por lo pronto, Pedro Sánchez ya ha anunciado su intención de levantar el estado de alarma el 9 de mayo sin más plan que «el avance de la vacunación» y la petición de «seguir resistiendo un poco más». A partir de esa fecha, los jueces tendrán que autorizar, una a una, las restricciones que pretendan implantar los presidentes autonómicos.
El líder socialista compareció el 14 de abril en el Congreso para dar cuentas de la situación de la pandemia, precisamente obligado por el decreto de estado de alarma, pero dedicó su oratoria a reivindicar la III República y sacó pecho, una vez más, por su plan de recuperación de la economía (que ya ha presentado ¡ocho veces! pero que aún sigue sin concretar las reformas más importantes: pensiones, laboral y fiscal). Pura propaganda política.
Otro buen pellizco de su intervención se lo llevaron las vacunas, para reiterar que se cumplirán los objetivos y que el 70% de la población estará vacunada en verano, pese a los problemas que está habiendo con las vacunas: desabastecimiento y falta de suministro por parte de las farmacéuticas, y efectos secundarios adversos muy graves con las vacunas de Astrazeneca y Janssen.
Causas de la quinta ola
No. La causa de la quinta ola no ha sido la Semana Santa. La curva empezó a subir dos semanas ANTES de Semana Santa (el 15 de marzo).Una de las causas principales del actual aumento de contagios es la variante británica (B.1.1.7). Esta cepa es mucho más contagiosa y es ya la predominante en España (representa el 70-90% de los contagios).
Otra de las causas de esta quinta ola es la lentitud en el proceso de vacunación, todavía muy lejos de proteger a una proporción importante de la población. En este momento solo hay 2.505.842 personas con la pauta completa, lo que apenas representa el 5,3% de la población. Los epidemiólogos coinciden en que la vacuna no ha tenido tanta influencia en la curva de contagios, ya que la mayor parte de las infecciones se produce en gente más joven, que no ha tenido acceso al pinchazo.
La fatiga pandémica es otra de las causas. Cada vez hay más gente haciendo pillerías para saltarse prohibiciones que considera abusivas y absurdas. El sinfín de normas (distintas, divergentes, incomprensibles) que debemos cumplir desde hace más de un año, han provocado el hartazgo ciudadano y que muchos se las pasen por el arco del triunfo.
Y, por supuesto, la principal causa del aumento de casos es la ausencia de rastreo, un lastre que llevamos arrastrando desde el comienzo de la pandemia. Un eficaz rastreo de contactos permitiría aislar a los infectados y cortar la transmisión antes de que ésta se disparase, pero no se está haciendo.
Actualización 10 Junio 2021
A diferencia de las otras olas, en las que el rebote desde los mínimos de incidencia fue instantáneo (tendiendo a forma de "V" invertida con un vértice claro), la quinta ola ha tenido un ascenso mucho más suave e irregular desde el inicio. También lo ha sido el descenso.Desde el pico alcanzado el 23 de abril (232,55 casos por 100.000 habitantes), nos instalamos en una especie de meseta, dando un pasito adelante y otro atrás, con los contagios bajando muy lentamente. A principios de mayo, Sanidad dio por controlada la quinta ola de coronavirus en España.
Desde entonces, la curva de descenso lleva días estable en una incidencia en torno a los 110-120 casos/100.000 hab. Hay más de 100 muertos por Covid-19 diariamente, y la tasa de ocupación de camas ocupadas por coronavirus se sitúa en el 2,88% y en las UCI en el 10,51%. ¿Es esto la nueva normalidad?
Desde el inicio de la pandemia, alcanzar el nivel "bajo" de transmisión (una IA a 14 días inferior a 50 casos/100.000 hab) ha sido el objetivo último en todos los escenarios. Pero a 10 de junio tenemos una incidencia de 110.35, y ya no parece importar. ¡Hay que salvar el verano a toda costa!