Estos días se está criticando la inacción de la ministra de Educación, Isabel Celáa, por no establecer unos protocolos que permitan una vuelta al cole segura, pero lo del ministro de Universidades también clama al cielo. El ministro podemita, Manuel Castells, está desaparecido desde el mes de julio, a pesar del caos y la incertidumbre que supone la vuelta a las aulas en plena segunda ola de la pandemia. España sigue esperando las directrices exactas para la reapertura de las aulas universitarias, algo que no parece preocupar a Castells.
Uno se pregunta cómo hemos podido vivir tantos siglos sin un ministro de Universidades, pero enseguida se cae en la cuenta de que es al revés: nuestra Universidad puede presumir de su larga vida gracias a que no ha existido tal ministerio. Porque todos nos preguntamos dónde está Manuel Castells. Desde que estalló la pandemia solo ha intervenido dos veces en el Congreso y una en el Senado. Eso es todo.
Eso, y la redacción de un documento que recoge unas recomendaciones para la vuelta a las aulas en las universidades españolas fechado el 10 de junio que se ha quedado completamente obsoleto, dado que la situación epidemiológica actual es nefasta y los contagios se han disparado en todo el país. Las medidas recogidas en el documento son de perogrullo: distancia interpersonal, uso de gel y mascarillas, ventilación de las aulas, limpieza y desinfección de las superficies y espacios...
La guía deja claro en su primer párrafo que se limita a hacer propuestas «con pleno respeto a la autonomía universitaria y a las competencias de las comunidades en materia de política universitaria».
Es decir, otro que se apunta al carro de echar balones fuera y pasar el marrón a las Comunidades Autónomas. Y éstas, a su vez, descargan cualquier responsabilidad en las Facultades, que son las que deberán elaborar sus propios planes de contingencia.
Pero todo quedó el papel mojado al día siguiente de su publicación. Ante las críticas de la comunidad universitaria, el ministro eliminó la enrevesada fórmula que servía para discernir si una actividad docente e investigadora de una determinada universidad podía llevarse a cabo de manera presencial o si, por el contrario, una parte de los alumnos tenía que estudiar de forma telemática desde casa.
El texto modificado el 16 de junio dice, sin más circunloquios, que si la capacidad de la instalación que garantiza la separación de 1,5 metros es inferior al número de matriculados, la actividad se hará online, mientras que si el aforo es superior a los matriculados, la actividad podrá ser presencial. Es decir, no se complica la vida y se remite a la norma dictada en el decreto de la nueva normalidad.
El Ministerio también desaconseja que se desdoblen las clases para asegurar la presencialidad debido a la "escasez de recursos docentes a corto plazo" ya que esto "implicaría una sobrecarga insoportable para el cuerpo docente".
Por tanto, los centros tendrán que llevar a cabo las actuaciones pertinentes para que las clases se puedan seguir de manera online (en directo por videoconferencia o mediante vídeos grabados previamente). En este caso, los alumnos deberían rotarse entre ellos, para que alternen la enseñanza que reciben presencialmente y la que reciben online.
Dicho plan deberá incluir los siguientes aspectos:
* Planes de formación para el profesorado en la enseñanza online, tanto en los aspectos técnicos como metodológicos.
* Adaptación de los sistemas de evaluación en las diferentes titulaciones.
* Establecimiento de horarios para tutorías, seminarios, etc., con objeto de garantizar tanto una correcta atención al estudiantado como una jornada laboral acorde a la legislación laboral para el profesorado.
* Digitalización reforzada del sistema universitario, tanto para las posibles situaciones de emergencia como para una flexibilización de las modalidades de enseñanza.
Destaca que hay que mejorar el equipamiento informático y redes telemáticas de las universidades, así como capacitar al profesorado en el uso de la comunicación digital y una ayuda de la administración universitaria para la conectividad adecuada del conjunto del estudiantado, de forma que "ningún estudiante sea discriminado por la persistencia de la brecha digital".
Para ello señala como "soporte presupuestario" las partidas presupuestarias transferidas a las comunidades autónomas para "ayudar a que el sistema educativo pueda superar los efectos adversos de la pandemia".
* Distancia interpersonal de 1,5 metros
* Higiene de manos de forma frecuente y meticulosa
* Cubrirse nariz y boca con un pañuelo al toser
* Evitar tocarse los ojos, nariz y boca
* Uso obligatorio de mascarilla, insistiendo en su correcta utilización
* Se desaconseja el uso de guantes, excepto en tareas de limpieza
* No podrán acceder a los centros aquellas personas con síntomas compatibles de Covid-19
* Aplicar un procedimiento de actuación si alguna persona presenta síntomas
* Reforzar la limpieza y ventilación del centro
El protocolo del ministro está recibiendo todo tipo de críticas en los campus, donde se considera inviable el sistema de "presencialidad adaptada" que plantea, con unos alumnos en casa y otros en el aula.
Las universidades consideran que este método es un desastre desde el punto de vista pedagógico, porque, además de desmotivar a los alumnos, genera muchas dificultades a la hora de dar continuidad a las clases.
Por otro lado, hay muchos profesores reacios a grabar clases en vídeo, y el modelo requiere de una fuerte inversión para dotar a todos los alumnos de portátiles y a todas las aulas de equipos de grabación, que no parece posible que las universidades, con su actual asfixia económica, vayan a poder afrontar, por mucho "Fondo Covid" que el gobierno ha anunciado. Es insuficiente.
El desaparecido ministro de Universidades cuenta con cinco asesores y tres consejeros técnicos de información en su departamento, con sueldos que suponen para las arcas públicas un desembolso de algo más de medio millón de euros al año. Además de estos ocho cargos, la dotación de personal del equipo más cercano al ministro la conforman una directora de gabinete, con dos secretarios; y un subdirector general, con cinco secretarios asignados. Aparte, otros altos cargos de este departamento son un secretario general de Universidades, un subsecretario y una secretaria general técnica.
¿No es suficiente personal para exigir a este recién creado ministerio que realice su trabajo y lidere la vuelta a las aulas universitarias?Lo que está ocurriendo es inadmisible, y una completa dejación de funciones del ministerio de Universidades.
Para atajar las críticas, el ministro ha anunciado una reunión para el 31 de agosto con los representantes de gobiernos autonómicos, y no será hasta el 3 de septiembre cuando lo haga con los rectores de los centros. La agenda de Castells, mientras tanto, continua vacía.
Actualización 31 agosto: Castells no estará en la reunión con las comunidades a causa de una operación "urgente".
Uno se pregunta cómo hemos podido vivir tantos siglos sin un ministro de Universidades, pero enseguida se cae en la cuenta de que es al revés: nuestra Universidad puede presumir de su larga vida gracias a que no ha existido tal ministerio. Porque todos nos preguntamos dónde está Manuel Castells. Desde que estalló la pandemia solo ha intervenido dos veces en el Congreso y una en el Senado. Eso es todo.
Eso, y la redacción de un documento que recoge unas recomendaciones para la vuelta a las aulas en las universidades españolas fechado el 10 de junio que se ha quedado completamente obsoleto, dado que la situación epidemiológica actual es nefasta y los contagios se han disparado en todo el país. Las medidas recogidas en el documento son de perogrullo: distancia interpersonal, uso de gel y mascarillas, ventilación de las aulas, limpieza y desinfección de las superficies y espacios...
La guía deja claro en su primer párrafo que se limita a hacer propuestas «con pleno respeto a la autonomía universitaria y a las competencias de las comunidades en materia de política universitaria».
Es decir, otro que se apunta al carro de echar balones fuera y pasar el marrón a las Comunidades Autónomas. Y éstas, a su vez, descargan cualquier responsabilidad en las Facultades, que son las que deberán elaborar sus propios planes de contingencia.
Recomendaciones para la vuelta a las aulas universitarias
Modelo mixto: clases presenciales y online
Uno de los requisitos más importantes que deberán respetar los centros universitarios es el aforo de personas. Para ello, el Ministerio elaboró un cálculo de coeficientes de ocupación (coeficiente de ocupación real y coeficiente de ocupación teórico) para cada una de las actividades que se realizan en las universidades.Pero todo quedó el papel mojado al día siguiente de su publicación. Ante las críticas de la comunidad universitaria, el ministro eliminó la enrevesada fórmula que servía para discernir si una actividad docente e investigadora de una determinada universidad podía llevarse a cabo de manera presencial o si, por el contrario, una parte de los alumnos tenía que estudiar de forma telemática desde casa.
El texto modificado el 16 de junio dice, sin más circunloquios, que si la capacidad de la instalación que garantiza la separación de 1,5 metros es inferior al número de matriculados, la actividad se hará online, mientras que si el aforo es superior a los matriculados, la actividad podrá ser presencial. Es decir, no se complica la vida y se remite a la norma dictada en el decreto de la nueva normalidad.
El Ministerio también desaconseja que se desdoblen las clases para asegurar la presencialidad debido a la "escasez de recursos docentes a corto plazo" ya que esto "implicaría una sobrecarga insoportable para el cuerpo docente".
Por tanto, los centros tendrán que llevar a cabo las actuaciones pertinentes para que las clases se puedan seguir de manera online (en directo por videoconferencia o mediante vídeos grabados previamente). En este caso, los alumnos deberían rotarse entre ellos, para que alternen la enseñanza que reciben presencialmente y la que reciben online.
Elaboración de un plan de contingencia
Las universidades deberán tener antes del arranque del curso "un plan de contingencia que permita, en caso de que la situación sanitaria así lo requiera, un cambio masivo e inmediato a un sistema de docencia online".Dicho plan deberá incluir los siguientes aspectos:
* Planes de formación para el profesorado en la enseñanza online, tanto en los aspectos técnicos como metodológicos.
* Adaptación de los sistemas de evaluación en las diferentes titulaciones.
* Establecimiento de horarios para tutorías, seminarios, etc., con objeto de garantizar tanto una correcta atención al estudiantado como una jornada laboral acorde a la legislación laboral para el profesorado.
* Digitalización reforzada del sistema universitario, tanto para las posibles situaciones de emergencia como para una flexibilización de las modalidades de enseñanza.
Destaca que hay que mejorar el equipamiento informático y redes telemáticas de las universidades, así como capacitar al profesorado en el uso de la comunicación digital y una ayuda de la administración universitaria para la conectividad adecuada del conjunto del estudiantado, de forma que "ningún estudiante sea discriminado por la persistencia de la brecha digital".
Para ello señala como "soporte presupuestario" las partidas presupuestarias transferidas a las comunidades autónomas para "ayudar a que el sistema educativo pueda superar los efectos adversos de la pandemia".
Medidas de higiene y seguridad
Este protocolo, además, añade un anexo elaborado en colaboración con el Ministerio de Sanidad, sobre las medidas de higiene y seguridad frente al Covid-19. Estos son los puntos más importantes que deberán respetarse en las universidades:* Distancia interpersonal de 1,5 metros
* Higiene de manos de forma frecuente y meticulosa
* Cubrirse nariz y boca con un pañuelo al toser
* Evitar tocarse los ojos, nariz y boca
* Uso obligatorio de mascarilla, insistiendo en su correcta utilización
* Se desaconseja el uso de guantes, excepto en tareas de limpieza
* No podrán acceder a los centros aquellas personas con síntomas compatibles de Covid-19
* Aplicar un procedimiento de actuación si alguna persona presenta síntomas
* Reforzar la limpieza y ventilación del centro
Críticas al protocolo de Castells
El protocolo del ministro está recibiendo todo tipo de críticas en los campus, donde se considera inviable el sistema de "presencialidad adaptada" que plantea, con unos alumnos en casa y otros en el aula.
Las universidades consideran que este método es un desastre desde el punto de vista pedagógico, porque, además de desmotivar a los alumnos, genera muchas dificultades a la hora de dar continuidad a las clases.
Por otro lado, hay muchos profesores reacios a grabar clases en vídeo, y el modelo requiere de una fuerte inversión para dotar a todos los alumnos de portátiles y a todas las aulas de equipos de grabación, que no parece posible que las universidades, con su actual asfixia económica, vayan a poder afrontar, por mucho "Fondo Covid" que el gobierno ha anunciado. Es insuficiente.
Reunión a la vista
El desaparecido ministro de Universidades cuenta con cinco asesores y tres consejeros técnicos de información en su departamento, con sueldos que suponen para las arcas públicas un desembolso de algo más de medio millón de euros al año. Además de estos ocho cargos, la dotación de personal del equipo más cercano al ministro la conforman una directora de gabinete, con dos secretarios; y un subdirector general, con cinco secretarios asignados. Aparte, otros altos cargos de este departamento son un secretario general de Universidades, un subsecretario y una secretaria general técnica.
¿No es suficiente personal para exigir a este recién creado ministerio que realice su trabajo y lidere la vuelta a las aulas universitarias?Lo que está ocurriendo es inadmisible, y una completa dejación de funciones del ministerio de Universidades.
Para atajar las críticas, el ministro ha anunciado una reunión para el 31 de agosto con los representantes de gobiernos autonómicos, y no será hasta el 3 de septiembre cuando lo haga con los rectores de los centros. La agenda de Castells, mientras tanto, continua vacía.
Actualización 31 agosto: Castells no estará en la reunión con las comunidades a causa de una operación "urgente".