Aplicaciones y drones para controlar el aforo, guardar dos metros de distancia con otros bañistas, arenales con parcelas, desinfecciones, horarios de apertura y clausura, estancias máximas de 4 horas... ¿Cómo será el baño en playas y piscinas en las "vacaciones de la nueva normalidad"? Sin duda, una de las imágenes que no veremos este verano serán las aglomeraciones.
El ICTE, en colaboración con las autonomías y ayuntamientos, ha elaborado un protocolo para la reapertura de playas que aún está pendiente de aprobación. Aún así, ésta será una guía básica a la que cada municipio podrá añadir las indicaciones que crea necesarias.
El ICTE, en colaboración con las autonomías y ayuntamientos, ha elaborado un protocolo para la reapertura de playas que aún está pendiente de aprobación. Aún así, ésta será una guía básica a la que cada municipio podrá añadir las indicaciones que crea necesarias.
Insisten en que hay que mantener la distancia entre personas que no conviven habitualmente, a pesar de que las concentraciones de cloro y/o sal presentes en piscinas y agua del mar son suficientes para matar el virus, y por tanto para evitar contagios en el baño. Asimismo, la luz ultravioleta del sol destruye al virus en la arena. El problema entonces somos nosotros, el contacto entre humanos (no olvidar a los asintomáticos).
El mantener una distancia de dos metros entre bañistas, tanto dentro como fuera del agua, y una superficie de 4 metros cuadrados por persona de superficie útil de la playa implica implantar vigilancia constante así como tener un control de aforo, si bien todavía está en la fase de estudio si jurídicamente se puede establecer una prohibición y sanción al respecto. Desde que se comenzó a hablar de este tema han sido muchas los soluciones disparates propuestos, como la instalación de mamparas en todo el litoral para delimitar el espacio entre familias (no olvidemos que España tiene 3.000 playas). ¿Seguiría siendo gratis ir a la playa?
Aún así, el control de aforo en calas y pequeñas playas quizás podría ser factible (se ha hablado incluso de tener que reservar sitio y hora a través de una aplicación móvil) pero en extensos arenales como los que hay, por ejemplo, en Cádiz y Huelva, es harto complicado. Habrá que ver cómo se implanta dicha medida.
También habrá un horario de apertura y cierre para que puedan ser limpiadas (antes del Covid también se limpiaban y no había horarios, ¿por qué ahora sí?). En fin... todo ésto me lleva a preguntarme: ¿veremos en nuestro litoral colas desde el alba para acceder a la playa, y carreras por pillar sitio? Me imagino un escenario dantesco que recuerda a los güiris en los hoteles, que a las 7 de la mañana ya han colocado su toalla en la tumbona a modo de reserva de sitio. Y el colmo de la estupidez: habrá que ir a la playa duchado de casa (me pregunto cómo lo comprobarán, ¿oliéndonos el sobaco?). Resulta irrisorio.
A efectos de garantizar su disfrute por el mayor número posible de personas "en condiciones de seguridad sanitaria", los ayuntamientos podrán también establecer límites en los tiempos de permanencia en la playa; por ejemplo, en Andalucía se habla de 4 horas (¿cómo lo controlarán? ¿si excedes el tiempo cómo te echarán? ¿sería legal, dado que la playa es un espacio público igual que una calle?). En cualquier caso, el acceso a la playa seguirá siendo gratuito y se podrá ir en grupo (aunque aún se desconoce de cuántas personas).
Habrá carriles para entrar y salir de la playa, y es posible que haya delimitación de la arena en zonas (entre las hamacas y las toallas) y filas, con el fin de que los bañistas a primera línea de la guarden distancia con los que están a segunda línea y así sucesivamente (se acabó eso de ser más listo que nadie, colocarte en la orilla, y a medida que va subiendo la marea ir invadiendo a los que -siendo previsores- se habían colocado en segunda línea).
Las hamacas de alquiler guardarán una distancia de 4 metros entre ejes, estarán sin colchonetas y serán desinfectadas después de cada uso. También se prohíbe el uso de útiles flotantes (colchoneras, flotadores...) a la hora del baño, así como objetos de juego en el arenal (palas, balones...).
Las hamacas de alquiler guardarán una distancia de 4 metros entre ejes, estarán sin colchonetas y serán desinfectadas después de cada uso. También se prohíbe el uso de útiles flotantes (colchoneras, flotadores...) a la hora del baño, así como objetos de juego en el arenal (palas, balones...).
La reapertura de las piscinas tampoco es un procedimiento sencillo, sobre todo teniendo en cuenta que no es lo mismo una piscina pública que una piscina privada de una comunidad de vecinos (aunque al gobierno le ha dado igual). El protocolo planteado por Sanidad también propone limitar el aforo, y el responsable de que se cumpla será el socorrista (Whaaat? como si tuviera poco con hacer su trabajo). En cualquier caso, Sanidad aconseja como norma general que de forma "complementaria" cada establecimiento establezca un protocolo específico según las características concretas de cada instalación.
Una de las diferencias respecto a los veranos anteriores es que en las piscinas públicas tendremos que pedir cita previa para poder bañarnos. Como líneas generales, el protocolo establece una limitación de aforo para garantizar la distancia física y para al menos doblar la superficie por persona en los espacios al aire libre y triplicarla en los espacios cubiertos, siempre dependiendo de la configuración de la instalación y de la zona pública y sin perjuicio de que se puedan llevar a cabo medidas más restrictivas.
Una de las diferencias respecto a los veranos anteriores es que en las piscinas públicas tendremos que pedir cita previa para poder bañarnos. Como líneas generales, el protocolo establece una limitación de aforo para garantizar la distancia física y para al menos doblar la superficie por persona en los espacios al aire libre y triplicarla en los espacios cubiertos, siempre dependiendo de la configuración de la instalación y de la zona pública y sin perjuicio de que se puedan llevar a cabo medidas más restrictivas.
Las piscinas deberán contar con una distribución espacial de al menos dos metros entre los usuarios, que estará señalizada en el suelo, y todos los objetos personales (toalla, botes de crema, calzado de uso exclusivo, mochilas, etc) deberán permanecer dentro de ese perímetro. Para la entrada a la piscina se propone dibujar o colocar bandas en el suelo, y deberá haber a la entrada sistemas para la desinfección, tanto de manos como de calzado.
Por supuesto, habrá una exhaustiva limpieza y desinfección de todo el mobiliario (vaso, corcheras, escaleras de acero inoxidable, duchas, paredes, taquillas, etc), así como de las superficies de contacto más frecuente (grifos, barandillas o pomos de puerta). Otro aspecto importante a tener en cuenta es la ventilación de los espacios cerrados, como vestuarios y baños, botiquín y salas técnicas.
Se valorará instalación por instalación (¿quién?) la posibilidad de prohibir el uso de tumbonas o hamacas para evitar posibles contagios o separarlas dos metros, y siempre y cuando se garantice que su uso no es compartido y que se garantice su adecuada desinfección.
En el caso de piscinas en comunidades de propietarios se proponen como medidas anti covid-19 reducir el aforo, entrar con cita previa y organizar horarios por turnos, la limpieza y desinfección de todo el mobiliario después de cada uso o la exigencia de un mayor control exhaustivo de la calidad del agua, basado en un aumento de controles de los parámetros químicos del agua. Conclusión: muchas de estas instalaciones se planteen no abrir esta temporada 2020 por motivos económicos, técnicos o de personal.