El grave impacto de la pandemia de coronavirus en toda la industria del turismo no es un secreto. El turismo es uno de los sectores productivos que más se ha visto (y se verá) afectado por el impacto de la crisis global. Por tanto, el sector requerirá de mayor protección, cuidado y proyección para iniciar su recuperación en un futuro cercano, de manera que las economías de los países más afectados por la enfermedad puedan mitigar los efectos de una próxima recesión económica. ¿Cuáles serán las tendencias turísticas para la era post-coronavirus?
En el sector de la restauración, el auge de la comida para llevar (take away) ya es una realidad y cada vez más restaurantes se han sumado a la plataforma Deliveroo para poder seguir operando. Pero podríamos ir más allá: desplazar la cocina ante el propio comensal y prepararle allí la cena es la propuesta del cocinero Aurelio Morales, estrella Michelin.
El turismo creativo es otra de las tendencias venideras. Se trata de una forma de turismo que permite al viajero descubrir y comprender la cultura local de un lugar, participando activamente en actividades creativas vinculadas con su patrimonio intangible, con su identidad. El turista creativo prioriza la forma de viajar y la calidad de las relaciones con los lugareños, a las características intrínsecas del destino. Además de la experiencia en sí, es también relevante el valor agregado que este turismo aporta al territorio: la posibilidad de promover un turismo desestacional con estancias más largas, diversificar la oferta y la demanda, reforzar su identidad, favorecer la cohesión social, la resiliencia, y crear una economía turística basada en la creatividad.
Ecoturismo, turismo activo y sostenibilidad serán tres conceptos al alza. El turismo rural será uno de los beneficiados de esta pandemia. Destinos muy accesibles, próximos (a los que se puede llegar en vehículo propio) y en los que los viajeros puedan seguir manteniendo la distancia interpersonal. La oferta de alojamiento a lo largo y ancho de la geografía española es muy amplia, lo que permite optar entre una gran diversidad.
El turismo colaborativo será una de las apuestas de la “nueva normalidad”. El alquiler vacacional y el intercambio de casas (dos modelos que han experimentado un importante crecimiento en los últimos años) se perfilan como dos alternativas en este futuro inmediato, en el que, además de los aspectos sanitarios, la flexibilidad, la privacidad y el ahorro serán fundamentales.
Otra de las opciones con futuro en la nueva era post coronavirus es el glamping, el camping con glamour. En forma de casas en los árboles, cabañas, sofisticadas tiendas indias o africanas construidas en plena naturaleza, permiten permanecer prácticamente al margen del resto de humanos.
No hay nada más seguro para la salud tras el confinamiento que viajar con la casa a cuestas. El caravaning ofrece gran autonomía y libertad de movimientos, horarios y rutas, pero, por encima de todo, garantiza unas condiciones de seguridad e higiene frente al virus superiores a los de otras opciones, lo que hace previsible que aumente el uso de estos vehículos.
¿Estamos, pues, ante el fin del turismo de masas? (Y cuando hablamos de turismo de masas no solo hay que referirse al turismo de sol y playa, sino también al turismo cultural de algunas ciudades como París, Venecia o Roma). Hasta hace poco más de dos meses creíamos que, en materia turística, bastaba con vender sol, playa, paisajes, monumentos históricos, fiestas... y ahora nos encontramos con que también, y fundamentalmente, hay que vender confianza, ligada a la seguridad y la salud, con la particularidad que ha de ser doble: confianza en los mercados de destino y en los de origen.
De lo que no hay duda es de que siempre que llega una crisis, se debate sobre el agotamiento de los modelos y sobre la necesidad de innovar. Tal vez el viaje dejaría de ahondar en una cultura de exotización, colonialismo cultural y explotación, para convertirse en una actividad vinculada al mantenimiento de redes de afectos y de colaboraciones laborales, culturales y de activismo ciudadano a largo plazo.
Además, ya hemos hablado de las tendencias para el futuro más inmediato: las vacaciones de 2020.
Además, ya hemos hablado de las tendencias para el futuro más inmediato: las vacaciones de 2020.