España no puede seguir dando la espalda a la ciencia. Si queremos estar preparados para futuras emergencias sanitarias, si queremos tomar medidas que aseguren salud y bienestar, competitividad y sostenibilidad, si queremos crear empleos cualificados, nuevas industrias, una sociedad más justa y una economía más resistente, tenemos que apostar por la ciencia. Éstas han sido las palabras de Pedro Sánchez al presentar, el 9 de julio, el Plan de Choque para la Ciencia y la Innovación que va a poner en marcha.
Y hacía falta, sobre todo ahora que estamos en plena carrera para conseguir la vacuna contra el coronavirus (España tiene 12 candidatas). Está claro que sin ciencia no hay futuro y la situación del sector I+D+i es deprimente, tras llevar más de 10 años afectado por los recortes. Nuestro país se encuentra a años luz de la inversión europea en ciencia y esta tendencia cada vez es más negativa. Actualmente España destina sólo un 1,2% de su PIB a la ciencia, muy lejos del 3% fijado por la Unión Europea, y en los últimos años ha perdido al 10% del personal que trabajaba en este sector.
Ahora, con los pilares de la economía española (liderados por el turismo) en horas bajas, la ciencia ve la crisis como una oportunidad para la definitiva reactivación del sector como garante de puestos de trabajo de calidad. Sin embargo, el plan propuesto por el Gobierno socialcomunista es, a todas luces, insuficiente y está lejos de mostrar esa "importancia de la ciencia" de la que siempre está hablando el Ejecutivo (con el plan anunciado nos situaríamos a los niveles de financiación de 2010).
Por otro lado, son muchos los investigadores que consideran que gran parte de este plan no es más que un "parche" que no hace frente a los problemas estructurales que sufre la ciencia, que van más allá del dinero. También se quejan de que ni siquiera se menciona la posibilidad de simplificar la burocracia. ¿De qué te sirve que te den más dinero si luego no te dejan gastarlo? ¿Cómo investigamos si la mitad de nuestro tiempo se va en papeleo?, se lamentan.
Sánchez lo sabe, y por ello ha apuntado que la iniciativa recoge medidas a corto plazo para actuar "sobre lo urgente", y que se complementará con los recursos a medio y largo plazo del Plan de inversiones y reformas para la recuperación económica que el Gobierno prepara y llevará a Bruselas para su financiación.
El Plan de choque por la Ciencia y la Innovación contempla inversiones por importe de 1.056 millones de euros en ayudas directas (396,1 millones se movilizarán este 2020 y el resto, en 2021), más otros 508 millones de euros en préstamos en condiciones ventajosas a empresas innovadoras.
El plan incluye 17 medidas en torno a tres ejes: la investigación y la innovación en salud, la transformación del sistema de ciencia y la atracción de talento, y el impulso a la I+D+I empresarial y la industria de la ciencia.
La rama de investigación e innovación en Salud contará con 215,9 millones de euros. Este primer eje contempla el refuerzo de las capacidades humanas y materiales en el ámbito de la investigación e innovación en salud, con el objetivo de revertir los retrocesos en financiación y recuperar fondos para investigación e innovación sanitarias. En concreto, se reforzarán las capacidades del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), el principal organismo público en biomedicina y salud.
Entre las medidas acordadas dentro de este primer eje, se incluyen 6 millones de euros para reforzar el Centro Nacional de Microbiología y el Centro Nacional de Epidemiología y el incremento en 50 millones de euros de los fondos destinados a la convocatoria de proyectos anual de la Acción Estratégica en Salud, y el impulso de la Estrategia de Medicina Personalizada, cuyo lanzamiento comenzará en el segundo semestre de 2020 y contará con 77,3 millones de euros.
El plan incluye también los recursos que se han destinado a la convocatoria de proyectos de investigación frente a la pandemia. El Fondo COVID, con 53,6 millones, es un plan urgente de investigación de vacunas y proyectos vinculados al coronavirus.
Además, se va a impulsar la Estrategia de Medicina Personalizada para mejorar la prevención y el tratamiento de enfermedades. Su lanzamiento comenzará en el segundo semestre de 2020 y contará con 77,3 millones de euros. Uno de los planes que incluye se refiere a la creación de un Centro Estatal de Terapias Avanzadas, orientado a la investigación, desarrollo y potencial fabricación y distribución en el Sistema Nacional de Salud de terapias avanzadas personalizadas.
También contempla la reforma de la Ley de Investigación Biomédica de 2007 para desarrollar la carrera investigadora en el Sistema Nacional de Salud y el refuerzo de las instalaciones de alta seguridad biológica, en especial las del Centro de Investigación en Sanidad Animal del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (CISA-CNIA), con una inversión directa de 29 millones de euros.
La rama de la transformación del Sistema de Ciencia y atracción y retención de talento contará con 523,5 millones de euros, y tiene un doble objetivo: poner en marcha las reformas estructurales para proporcionar más estabilidad a la carrera profesional del personal científico de todas las áreas del conocimiento, y dotar de más fondos a los principales instrumentos de financiación competitiva de la ciencia en todas sus disciplinas.
Por ello, el Gobierno prevé una reforma de la Ley de la Ciencia que incluirá la creación de una figura estable de entrada al personal investigador en el sistema público de ciencia español. Además, se aumentará la financiación para los grupos de investigación, tanto en proyectos como en equipamiento científico-técnico y prórrogas de contratos.
En concreto, se incrementará en 50 millones (hasta los 412 millones, es decir un 14% más), la cuantía de la convocatoria de proyectos de I+D+I en 2020 y 2021; se crea una partida de 60 millones de euros para adquisición de pequeño equipamiento científico por parte de las instituciones que han sido beneficiarias de proyectos en las convocatorias de los últimos tres años y se lanzará otra convocatoria de equipamiento científico-técnico en 2021 con 120 millones de euros.
Otro de los objetivos concretos del Plan de choque es fortalecer los contratos post-doctorales para atraer y retener el talento de personal científico doctor en los grupos de investigación españoles. Para ello, se aumentará en un 30% el presupuesto de los programas postdoctorales junior Juan de la Cierva y senior Ramón y Cajal, con un total de 56,1 millones de euros adicionales.
Este eje incluye también el refuerzo de la investigación oceanográfica española, mediante la construcción de un Buque Oceanográfico Multipropósito de Ámbito Global (BOMAG), que amplíe la capacidad operativa del Instituto Español de Oceanografía y le permita abordar nuevas responsabilidades y retos.
También contempla la creación de una Plataforma Española de Germoplasma Vegetal para la Agricultura y la Alimentación en Red, que contribuirá, desde el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA), a la mejora de la conservación y utilización del patrimonio vegetal de España.
La rama del impulso a la I+D+I empresarial e industria de la ciencia sumará 317 millones en ayudas directas y otros 508 millones en préstamos a empresas. La intención del Ejecutivo es reforzar las bases del tejido productivo de España. En concreto, se han diseñado cinco medidas que serán ejecutadas por el Centro de Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI), dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación.
En primer lugar, se pone en marcha un plan a tres años para duplicar las ayudas a la I+D+I empresarial, a través del nuevo Plan Estratégico de la Agencia de Innovación CDTI, hasta alcanzar los 2.156 millones de euros anuales. Se trata de un crecimiento orgánico en tres vectores (I+D, innovación tecnológica y capital riesgo) hasta alcanzar un peso relativo del apoyo público a la I+D+I empresarial similar al de los principales países europeos.
Además, se incluyen dos planes específicos de apoyo a la I+D+I empresarial en el sector de la automoción, con 25 millones de inversión directa en 2020, a través de la ampliación del programa Misiones Ciencia e Innovación del CDTI, más otros 100 millones de euros en créditos en 2021. Y un segundo plan de I+D+I del sector aeronáutico, con 65 millones en ayudas directas destinadas a proyectos dirigidos al aumento de eficiencia de las futuras aeronaves y a la reducción de las emisiones contaminantes del transporte aéreo.
Este eje también incorpora un programa de ayudas directas a PYMEs innovadoras para que puedan madurar su tecnología y su modelo de negocio y afianzar su estructura de cara a su posterior escalado. Comenzará con un piloto en 2020, con 10 millones de euros, y continuará con 50 millones en 2021.
Asimismo, y con el objetivo de desarrollar la industria de la Ciencia y reforzar la transferencia de tecnología, se añade otro programa de apoyo a PYMEs innovadoras que promoverá la compra de prototipos a entidades y centros de investigación y tecnología que quieran desarrollar startups que exploten un conocimiento novedoso o que planteen la colaboración con una empresa con capacidad tecnológica para industrializar y comercializar este conocimiento tecnológico. Se lanzará también con un piloto en 2020, con 2 millones de euros, y se desarrollará en 2021 con una inversión prevista de 50 millones.
Y hacía falta, sobre todo ahora que estamos en plena carrera para conseguir la vacuna contra el coronavirus (España tiene 12 candidatas). Está claro que sin ciencia no hay futuro y la situación del sector I+D+i es deprimente, tras llevar más de 10 años afectado por los recortes. Nuestro país se encuentra a años luz de la inversión europea en ciencia y esta tendencia cada vez es más negativa. Actualmente España destina sólo un 1,2% de su PIB a la ciencia, muy lejos del 3% fijado por la Unión Europea, y en los últimos años ha perdido al 10% del personal que trabajaba en este sector.
Ahora, con los pilares de la economía española (liderados por el turismo) en horas bajas, la ciencia ve la crisis como una oportunidad para la definitiva reactivación del sector como garante de puestos de trabajo de calidad. Sin embargo, el plan propuesto por el Gobierno socialcomunista es, a todas luces, insuficiente y está lejos de mostrar esa "importancia de la ciencia" de la que siempre está hablando el Ejecutivo (con el plan anunciado nos situaríamos a los niveles de financiación de 2010).
Por otro lado, son muchos los investigadores que consideran que gran parte de este plan no es más que un "parche" que no hace frente a los problemas estructurales que sufre la ciencia, que van más allá del dinero. También se quejan de que ni siquiera se menciona la posibilidad de simplificar la burocracia. ¿De qué te sirve que te den más dinero si luego no te dejan gastarlo? ¿Cómo investigamos si la mitad de nuestro tiempo se va en papeleo?, se lamentan.
Sánchez lo sabe, y por ello ha apuntado que la iniciativa recoge medidas a corto plazo para actuar "sobre lo urgente", y que se complementará con los recursos a medio y largo plazo del Plan de inversiones y reformas para la recuperación económica que el Gobierno prepara y llevará a Bruselas para su financiación.
El Plan de choque por la Ciencia y la Innovación contempla inversiones por importe de 1.056 millones de euros en ayudas directas (396,1 millones se movilizarán este 2020 y el resto, en 2021), más otros 508 millones de euros en préstamos en condiciones ventajosas a empresas innovadoras.
El plan incluye 17 medidas en torno a tres ejes: la investigación y la innovación en salud, la transformación del sistema de ciencia y la atracción de talento, y el impulso a la I+D+I empresarial y la industria de la ciencia.
La investigación y la innovación en salud
La rama de investigación e innovación en Salud contará con 215,9 millones de euros. Este primer eje contempla el refuerzo de las capacidades humanas y materiales en el ámbito de la investigación e innovación en salud, con el objetivo de revertir los retrocesos en financiación y recuperar fondos para investigación e innovación sanitarias. En concreto, se reforzarán las capacidades del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), el principal organismo público en biomedicina y salud.
Entre las medidas acordadas dentro de este primer eje, se incluyen 6 millones de euros para reforzar el Centro Nacional de Microbiología y el Centro Nacional de Epidemiología y el incremento en 50 millones de euros de los fondos destinados a la convocatoria de proyectos anual de la Acción Estratégica en Salud, y el impulso de la Estrategia de Medicina Personalizada, cuyo lanzamiento comenzará en el segundo semestre de 2020 y contará con 77,3 millones de euros.
El plan incluye también los recursos que se han destinado a la convocatoria de proyectos de investigación frente a la pandemia. El Fondo COVID, con 53,6 millones, es un plan urgente de investigación de vacunas y proyectos vinculados al coronavirus.
Además, se va a impulsar la Estrategia de Medicina Personalizada para mejorar la prevención y el tratamiento de enfermedades. Su lanzamiento comenzará en el segundo semestre de 2020 y contará con 77,3 millones de euros. Uno de los planes que incluye se refiere a la creación de un Centro Estatal de Terapias Avanzadas, orientado a la investigación, desarrollo y potencial fabricación y distribución en el Sistema Nacional de Salud de terapias avanzadas personalizadas.
También contempla la reforma de la Ley de Investigación Biomédica de 2007 para desarrollar la carrera investigadora en el Sistema Nacional de Salud y el refuerzo de las instalaciones de alta seguridad biológica, en especial las del Centro de Investigación en Sanidad Animal del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (CISA-CNIA), con una inversión directa de 29 millones de euros.
La transformación del sistema de ciencia y la atracción de talento
La rama de la transformación del Sistema de Ciencia y atracción y retención de talento contará con 523,5 millones de euros, y tiene un doble objetivo: poner en marcha las reformas estructurales para proporcionar más estabilidad a la carrera profesional del personal científico de todas las áreas del conocimiento, y dotar de más fondos a los principales instrumentos de financiación competitiva de la ciencia en todas sus disciplinas.
Por ello, el Gobierno prevé una reforma de la Ley de la Ciencia que incluirá la creación de una figura estable de entrada al personal investigador en el sistema público de ciencia español. Además, se aumentará la financiación para los grupos de investigación, tanto en proyectos como en equipamiento científico-técnico y prórrogas de contratos.
En concreto, se incrementará en 50 millones (hasta los 412 millones, es decir un 14% más), la cuantía de la convocatoria de proyectos de I+D+I en 2020 y 2021; se crea una partida de 60 millones de euros para adquisición de pequeño equipamiento científico por parte de las instituciones que han sido beneficiarias de proyectos en las convocatorias de los últimos tres años y se lanzará otra convocatoria de equipamiento científico-técnico en 2021 con 120 millones de euros.
Otro de los objetivos concretos del Plan de choque es fortalecer los contratos post-doctorales para atraer y retener el talento de personal científico doctor en los grupos de investigación españoles. Para ello, se aumentará en un 30% el presupuesto de los programas postdoctorales junior Juan de la Cierva y senior Ramón y Cajal, con un total de 56,1 millones de euros adicionales.
Este eje incluye también el refuerzo de la investigación oceanográfica española, mediante la construcción de un Buque Oceanográfico Multipropósito de Ámbito Global (BOMAG), que amplíe la capacidad operativa del Instituto Español de Oceanografía y le permita abordar nuevas responsabilidades y retos.
También contempla la creación de una Plataforma Española de Germoplasma Vegetal para la Agricultura y la Alimentación en Red, que contribuirá, desde el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA), a la mejora de la conservación y utilización del patrimonio vegetal de España.
El impulso a la I+D+I empresarial y la industria de la ciencia
La rama del impulso a la I+D+I empresarial e industria de la ciencia sumará 317 millones en ayudas directas y otros 508 millones en préstamos a empresas. La intención del Ejecutivo es reforzar las bases del tejido productivo de España. En concreto, se han diseñado cinco medidas que serán ejecutadas por el Centro de Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI), dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación.
En primer lugar, se pone en marcha un plan a tres años para duplicar las ayudas a la I+D+I empresarial, a través del nuevo Plan Estratégico de la Agencia de Innovación CDTI, hasta alcanzar los 2.156 millones de euros anuales. Se trata de un crecimiento orgánico en tres vectores (I+D, innovación tecnológica y capital riesgo) hasta alcanzar un peso relativo del apoyo público a la I+D+I empresarial similar al de los principales países europeos.
Además, se incluyen dos planes específicos de apoyo a la I+D+I empresarial en el sector de la automoción, con 25 millones de inversión directa en 2020, a través de la ampliación del programa Misiones Ciencia e Innovación del CDTI, más otros 100 millones de euros en créditos en 2021. Y un segundo plan de I+D+I del sector aeronáutico, con 65 millones en ayudas directas destinadas a proyectos dirigidos al aumento de eficiencia de las futuras aeronaves y a la reducción de las emisiones contaminantes del transporte aéreo.
Este eje también incorpora un programa de ayudas directas a PYMEs innovadoras para que puedan madurar su tecnología y su modelo de negocio y afianzar su estructura de cara a su posterior escalado. Comenzará con un piloto en 2020, con 10 millones de euros, y continuará con 50 millones en 2021.
Asimismo, y con el objetivo de desarrollar la industria de la Ciencia y reforzar la transferencia de tecnología, se añade otro programa de apoyo a PYMEs innovadoras que promoverá la compra de prototipos a entidades y centros de investigación y tecnología que quieran desarrollar startups que exploten un conocimiento novedoso o que planteen la colaboración con una empresa con capacidad tecnológica para industrializar y comercializar este conocimiento tecnológico. Se lanzará también con un piloto en 2020, con 2 millones de euros, y se desarrollará en 2021 con una inversión prevista de 50 millones.