Ahora que la pandemia parece estar controlada en nuestro país, todos tenemos la vista puesta en la nueva normalidad. Una vez pase la burbuja de las vacaciones estivales, los adultos volveremos al trabajo, los niños a los colegios, y los adolescentes a institutos y universidades. Llegados a este punto cabe preguntarse: ¿cómo será la vuelta al cole el próximo curso? ¿las clases serán presenciales o en remoto? ¿se bajarán los ratios de alumnos por clase? ¿qué medidas de seguridad habrá en los centros educativos? ¿cómo se actuará si algún alumno resulta contagiado?
El Ministerio de Educación remitió a los centros educativos por email un documento de mínimos que deberán cumplir los centros educativos (infantil, primaria, secundaria, bachillerato y formación profesional). Un documento vago de tan solo 26 páginas que recoge recomendaciones generales, orientaciones... y ninguna obligación.
La ministra Celáa parte de una premisa innegociable: garantizar la asistencia presencial diaria de todo el alumnado, aunque en todo caso priorizando a los menores de 14 años. Y si fuera necesario -por la evolución epidemiológica o la falta de espacios- se podrá contemplar una modalidad mixta (combinación de educación presencial y a distancia).
El protocolo remitido por Educación el 22 de junio tiene dos objetivos ("crear entornos seguros" y "posibilitar la detección precoz de casos y su gestión") y tres principios de prevención: limitación de contactos; higiene de manos y disponibilidad para ello; y limpieza, desinfección y ventilación del centro. Solo hay una obligación: mantener la distancia de seguridad de 1,5 metros entre personas.
Así, para las etapas de Infantil y Primaria recomienda establecer grupos de convivencia estables de entre 15 y 20 alumnos (lo que ahora han bautizado como "grupos burbuja") cuyos miembros pueden socializar y jugar entre sí, pero sin mezclarse con otros. Al no estar explícitamente regulado, los Gobiernos regionales podrán elevar el número de alumnos de estas unidades de convivencia hasta los 25 alumnos. Es decir, a la ratio pre-Covid.
Las mascarillasno serán obligatorias si se cumple la distancia de seguridad serán obligatorias a partir de los 6 años, según las recomendaciones de nuestro Ministerio de Sanidad, pero en contra de lo que dice la OMS y UNICEF, que no recomiendan por lo general su uso en niños de entre 6 y 11 años porque “pueden interferir significativamente con el proceso de aprendizaje y tener un impacto negativo en las actividades escolares críticas”.
El ministerio de Educación especifica también que "se procurará reducir al mínimo los desplazamientos de grupos de alumnos por el centro", por lo que recomienda que sean los profesores quienes acudan al aula de referencia. También propone la administración realizar la entrada y salida escalonada del centro educativo o habilitar distintos espacios para entrar y salir, de manera que se eviten las aglomeraciones. Asimismo, cuando las condiciones meteorológicas y el edificio lo permitan, recomienda mantener las ventanas abiertas el mayor tiempo posible.
En cuanto al comedor escolar, una opción es utilizar las propias aulas para comer, de forma que se mantengan los grupos de convivencia estable, aunque con "las adecuadas condiciones higiénicas". Se podrán juntar dos grupos si se habilitan mamparas de separación.
En el documento se habla de un "coordinador COVID", un profesional docente o sanitario que será el encargado de planificar las acciones a seguir si se detecta un contagio. Educación insta a cada centro a disponer de un protocolo de actuación ante la aparición de casos y a "establecer canales de comunicación con el sistema sanitario".
¿Y si hay contagios? Si aparecen síntomas en un alumno, hay que llevarlo a un espacio separado de uso individual, colocarle una mascarilla quirúrgica, y contactar con la familia. Luego llamar al centro de salud de Atención Primaria de referencia, o al teléfono de referencia de la comunidad o ciudad autónoma, y seguir sus instrucciones. Durante ese tiempo, según los protocolos del Ministerio de Sanidad, todos los compañeros que hayan sido un contacto estrecho deberán guardar aislamiento.
El Gobierno pasa la pelota a las Comunidades Autónomas (que tienen transferidas competencias en esta materia) para que elaboren su propio plan de vuelta al cole; y a su vez, las CCAA pasan el marrón a los centros educativos. Son muchas las incógnitas a despejar, pero se augura un auténtico caos en el mes de Septiembre con 17 vueltas al cole diferentes. De momento, éstos son los protocolos por autonomías:
El Ministerio de Educación remitió a los centros educativos por email un documento de mínimos que deberán cumplir los centros educativos (infantil, primaria, secundaria, bachillerato y formación profesional). Un documento vago de tan solo 26 páginas que recoge recomendaciones generales, orientaciones... y ninguna obligación.
La ministra Celáa parte de una premisa innegociable: garantizar la asistencia presencial diaria de todo el alumnado, aunque en todo caso priorizando a los menores de 14 años. Y si fuera necesario -por la evolución epidemiológica o la falta de espacios- se podrá contemplar una modalidad mixta (combinación de educación presencial y a distancia).
El protocolo remitido por Educación el 22 de junio tiene dos objetivos ("crear entornos seguros" y "posibilitar la detección precoz de casos y su gestión") y tres principios de prevención: limitación de contactos; higiene de manos y disponibilidad para ello; y limpieza, desinfección y ventilación del centro. Solo hay una obligación: mantener la distancia de seguridad de 1,5 metros entre personas.
Así, para las etapas de Infantil y Primaria recomienda establecer grupos de convivencia estables de entre 15 y 20 alumnos (lo que ahora han bautizado como "grupos burbuja") cuyos miembros pueden socializar y jugar entre sí, pero sin mezclarse con otros. Al no estar explícitamente regulado, los Gobiernos regionales podrán elevar el número de alumnos de estas unidades de convivencia hasta los 25 alumnos. Es decir, a la ratio pre-Covid.
Las mascarillas
El ministerio de Educación especifica también que "se procurará reducir al mínimo los desplazamientos de grupos de alumnos por el centro", por lo que recomienda que sean los profesores quienes acudan al aula de referencia. También propone la administración realizar la entrada y salida escalonada del centro educativo o habilitar distintos espacios para entrar y salir, de manera que se eviten las aglomeraciones. Asimismo, cuando las condiciones meteorológicas y el edificio lo permitan, recomienda mantener las ventanas abiertas el mayor tiempo posible.
En cuanto al comedor escolar, una opción es utilizar las propias aulas para comer, de forma que se mantengan los grupos de convivencia estable, aunque con "las adecuadas condiciones higiénicas". Se podrán juntar dos grupos si se habilitan mamparas de separación.
En el documento se habla de un "coordinador COVID", un profesional docente o sanitario que será el encargado de planificar las acciones a seguir si se detecta un contagio. Educación insta a cada centro a disponer de un protocolo de actuación ante la aparición de casos y a "establecer canales de comunicación con el sistema sanitario".
¿Y si hay contagios? Si aparecen síntomas en un alumno, hay que llevarlo a un espacio separado de uso individual, colocarle una mascarilla quirúrgica, y contactar con la familia. Luego llamar al centro de salud de Atención Primaria de referencia, o al teléfono de referencia de la comunidad o ciudad autónoma, y seguir sus instrucciones. Durante ese tiempo, según los protocolos del Ministerio de Sanidad, todos los compañeros que hayan sido un contacto estrecho deberán guardar aislamiento.
El Gobierno pasa la pelota a las Comunidades Autónomas (que tienen transferidas competencias en esta materia) para que elaboren su propio plan de vuelta al cole; y a su vez, las CCAA pasan el marrón a los centros educativos. Son muchas las incógnitas a despejar, pero se augura un auténtico caos en el mes de Septiembre con 17 vueltas al cole diferentes. De momento, éstos son los protocolos por autonomías: