Parece que estamos viviendo un déjà vu , un día de la marmota que, puntualmente, se repite cada dos semanas. Hemos entrado en bucle y no logramos salir. Porque sí. Pedro Sánchez va a pedir una sexta prórroga del estado de alarma , de ese instrumento de excepcionalidad democrática que suprime nuestros derechos constitucionales y que tiene un efecto pernicioso para la credibilidad de un Ejecutivo (aún más) cuestionado, al tener que suplicar prórroga tras prórroga en busca de algún partido caritativo que le apoye. Porque la nueva (a)normalidad es prorrogar de nuevo y por sexta vez el Estado de Alarma , con los socios de siempre y el “tonto útil” de los naranjitos (Cs), cuyo pecho se muestra altivo con supuestas medidas generalistas exigidas, papel mojado en manos de Sánchez y las concretas firmadas por golpistas y ex-etarras. Paradojas ver a unos y a otros juntos, en el mismo bol. Una prórroga que el único sentido que tiene (y no es poco) es tener a la sociedad maniatada, aneste...