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España sin Test, Test, Test

La relación del Gobierno con los test de coronavirus está siendo controvertida, más allá de la tumultuosa compra de test fake a China y demás fiascos en la compra de material sanitario. Y pese al llamamiento continuo de la OMS a hacer test masivos a la población para poder así diseñar la desescalada de las medidas de confinamiento, éstos todavía no se han generalizado salvo en residencias de ancianos, (algunos) sanitarios y demás personal "esencial" como militares y políticos. ¡Ni siquiera se está testando a los familiares que conviven con los contagiados!




China fue el epicentro del coronavirus, que se ha saldado con 81.620 contagios y 3.332 fallecidos (muy lejos de las cifras de España: 223.000 contagiados y 26.300 muertos, a fecha 8 de mayo). ¿Por qué hay tanta diferencia? ¿Hay algo que haya hecho China que no esté copiando España? SI: la realización masiva de test que permitió detectar a los positivos para aislarlos de la población sana, consiguiendo así frenar la expansión del coronavirus. La incompetencia del Ejecutivo socialcomunista no tiene límites. «Desescalar» en estas condiciones es un peligro mortal.

De ahí que la receta de la OMS: TEST, TEST, TEST


Resulta incomprensible que a estas alturas los responsables del mando único sanitario no hayan sido capaces de ofrecernos la fotografía del virus, ni tan siquiera de ofrecer una cifra real de fallecidos. Casi dos meses después de poner en marcha el estado de alarma, seguimos enfangados en ruedas de prensa propagandísticas sin contenido científico e informativo relevante. España necesita poner en marcha ya ha iniciado la desescalada y, para eso, es crucial conocer cómo se comporta el virus.


Los tests de España en cifras


España sigue sin dar una cifra. La actualización de datos diaria del Gobierno de España no incluye el número de test realizados, pese a que la Orden SND/267/2020 de 20 de marzo así lo ordena. Y es que ni las propias Comunidades Autónomas (que son las que aportan los datos al comité de expertos fantasma) lo saben. Unas cifras incluyen el número total de test realizados y otras (como el País Vasco y Madrid) solo los pacientes únicos.

¿Por qué es tan difícil ponerse de acuerdo en cuántos test PCR ha hecho España? El 16 de abril, Salvador Illa dio la cifra de 930.230 tests PCR realizados, el día 18 Pedro Sánchez los cifró en "casi un millón" y el 20 de abril Fernando Simón en 700.000. ¿A quién creer? 

PCR realizados en España, según infografía de Fernando Simón


Al igual que se contabilizan los positivos, los ingresados en UCI y los curados, ¿por qué no el número de test que se hacen? A esta pregunta desde Sanidad se contesta con la frase, casi convertida en mantra «somos uno de los países que más test hace, entre 15.000 y 20.000 PCR diarias», dice el ministro Salvador Illa. En la semana del 17 de abril dice que se han duplicado, pasando a los 40.000 PCR diarios, si bien, siguen siendo INSUFICIENTES.

De acuerdo con los datos del departamento que dirige Salvador Illa, nuestro país habría hecho supuestamente hasta la fecha 1,625 millones de PCR, mientras que la cuantía de infecciones ratificadas con dichas pruebas alcanza las 224.390 personas. Los datos oficiales revelan por tanto que un 13,8% de la población ha dado positivo en las detecciones practicadas, lo que extrapolándolo al conjunto de los españoles arrojaría la terrible cifra de 6,5 millones de infectados.

Con los datos que tenemos, se puede intuir que la tasa real de España sería de 6.037 test PCR por millón de habitantes. Según los datos (corregidos) de la OCDE, España está en el 17º puesto de países del mundo en capacidad de test de diagnóstico. Pero la realidad es que, pese a la transparencia de la que hace gala el ejecutivo, el dato global de test realizados desde que empezó la pandemia sigue oculto, como tantas ofras cifras.

Nuestros vecinos europeos no tienen problemas en hacer públicas las pruebas que llevan a cabo. Somos el hazmerreír de Europa mundial con las intervenciones al estilo Aló Presidente de Sánchez a la cabeza. El pasado 28 de abril Pedro Sánchez alardeó de que España era el 5º país del mundo que más test había hecho (1.625.211 PCR y 842.550 pruebas de anticuerpos). Para ello citó a un estudio de la Universidad Johns Hopkins (una de las instituciones de referencia mundial en el campo de la medicina). El problema es que dicho ranking ¡NO EXISTE! pues solo están haciendo un seguimiento de las pruebas realizadas en Estados Unidos. De este lamentable lapsus ya se han hecho eco varios medios internacionales como la CNN que, entre cachondeos y risas, tachan a nuestro Gobierno de mentiroso. Y con toda la razón.

Pero es que además, desde el comienzo de la pandemia, el baile numérico ha sido una constante. El 17 de abril el Gobierno publicó en el BOE un cambio en el sistema de notificación de los datos diarios sobre la situación del coronavirus en nuestro país, excluyendo de su recuento a los casos detectados mediante test de anticuerpos, lo cual ha provocado un auténtico caos en las cifras.

¿Han ido los test PCR al mismo ritmo que la epidemia? NO.
Sanidad publicó el 15 de marzo un protocolo que especificaba claramente a quién había que hacerle un test PCR para diagnosticar el Covid-19. Básicamente, a las personas con un cuadro de infección respiratoria aguda que cumplan criterios de ingreso hospitalario.

Por otro lado, la tasa media de letalidad del Covid-19 a nivel mundial (que la OMS cifró entre el 2% y el 4% de los casos) está actualmente por encima del 5% de muertes, cifra en gran parte motivada por el drama que estamos viviendo en España. Es fácil comprender por qué: a más pruebas diagnósticas realizadas, más posibilidades de encontrar casos leves o asintomáticos, lo cual reduciría la tasa de letalidad.
Actualización: Según los conclusiones de la primera oleada del estudio de seroprevalencia, la tasa de letalidad es del 1%. Y en España solo el 5% habría pasado el coronavirus (no hay, por tanto, inmunidad de rebaño).

¿Y por qué la letalidad es más alta en España? Porque se dan estas tres circunstancias:
- El número de pruebas diagnósticas es pequeño.
- Se hacen más tests en los casos más graves que en los leves (mayor probabilidad de mortandad).
- Y la población es más envejecida.

La teoría dice que esta tasa de letalidad suele ser más alta al principio, cuando hay pocos casos y algunas muertes, para a continuación ir reduciéndose hasta alcanzar una estabilidad. Sin embargo, la actual epidemia está desafiando este tipo de predicciones. En España, la letalidad calculada está subiendo con el tiempo. Ésto se debe, por un lado, a que hay un retraso entre el momento de la infección y el de la muerte, y, por otro, a que el número de pruebas diagnósticas realizadas no crece igual de rápido que la pandemia.

En resumen, que España sea ahora mismo el segundo país del mundo, tras Italia, con la tasa de letalidad más alta evidencia que el esfuerzo en testear está yendo muy por detrás de lo que debería.

A ello se une el caos en la detección de positivos así como el elevado número de falsos negativos, que también ha suscitado la inquietud entre el personal médico. Los test PCR son complejos y no todos los laboratorios clínicos cuentan con los certificados adecuados para que sus resultados sean fiables. La disparidad a nivel técnico que hay en los laboratorios clínicos de las 17 Comunidades Autónomas y que cada uno de estos vaya por libre incrementa la confusión.


¿Tenemos test suficientes en España?


A la alta demanda mundial se le unen los errores de gestión en las compras fallidas o la falta de criterios unificados para realizar las pruebas. ¿España dispone de los test suficientes para dar rienda suelta a su ambición epidemiológica? NO, porque el Gobierno ha sido incapaz de proveerse de ellos (en el mercado exterior).

La adquisición de test para detectar el coronavirus se ha convertido en uno de los episodios más críticos de la nefasta gestión del Gobierno en la crisis sanitaria. Más allá de la situación excepcional derivada de la necesidad de muchos países de abastecerse de estos test, hay decisiones políticas que explican el éxito o fracaso en esta carrera internacional para hacerse con las pruebas.

Y España ha demostrado muchas más ineficiencias que sus vecinos europeos, ya sea por la opacidad en dar a conocer el proveedor de las compras fallidas (y cuando lo dan, han resultado ser empresas fantasma, sin dirección conocida, o sin la homologación necesaria), en la incautación de test a empresas privadas y comunidades autónomas, o en el solapamiento entre administraciones locales y autonómicas para comprar material sanitario.

Sin embargo, en nuestro país hay empresas con capacidad suficiente para fabricar esos 20.000 test PCR al día que pregonaba el ministro de Sanidad, y otros 200.000 test rápidos semanales, y ésto solo con producto 'made in Spain', si bien nuestro gobierno los ha despreciado y se han visto obligadas a exportar su producción a otros países (porque el suyo propio no se lo compra). Asimismo, muchos laboratorios de centros de investigación y de universidades españolas donde podrían analizarse los PCR siguen parados.




 ¿Tan difícil es hacer tests a TODOS los ciudadanos españoles en plena pandemia, cuando otros países lo están haciendo por mera precaución? China por ejemplo, acaba de diseñar un plan para realizar en solo dos semanas el test de Covid-19 a los 11 millones de habitantes de la ciudad de Wuhan, origen y epicentro del nuevo coronavirus, después de que se detectara un foco de contagios (de solo 6 casos) que les hace temer una segunda oleada de la epidemia (hablamos de mediados de mayo).

Ante la inexplicable dificultad para extender los test a toda la población, el Ministerio de Sanidad se conforma con hacer un estudio para comprobar si una ínfima parte de la población ha pasado la enfermedad. El estudio de seroprevalencia (que detectará la presencia de anticuerpos en la sangre de los participantes) analizará a 36.000 hogares españoles (unas 62.000 personas) escogidos al azar por el INE, con el objetivo de monitorizar la evolución de la epidemia, prestando "especial atención" a la aparición de nuevas infecciones derivadas de la transmisión comunitaria.

El problema ya no es solo el reducido número de privilegiados (hay menos probabilidades de que ser elegido que de que te toque la lotería), sino que el estudio se inició el 27 de abril y durará 3 semanas, es decir, se está levantando progresivamente el confinamiento a ciegas, sin tener los resultados del estudio. Entonces, ¿cuál es su utilidad?


No hay test para todos (ni para asintomáticos)


Como dijo Tedros Adhanom, director de la OMS:
No puedes luchar contra un virus si no sabes dónde está

¿Cuál es la magnitud real de la epidemia de coronavirus en España? No la sabemos. Los tests se han ido realizando, casi exclusivamente, a pacientes graves y a personas vulnerables con síntomas respiratorios, independientemente de su gravedad. Ni los casos leves ni los casos asintomáticos en riesgo (aquellos en contacto estrecho con infectados, pero que no llegan a desarrollar síntomas) han entrado en los criterios para las pruebas de laboratorio. Ni siquiera muchos de los profesionales sanitarios con síntomas leves han sido testados.

Lo que sabemos con toda certeza es que la cifra de casos de personas infectadas por el coronavirus es muy superior a la declarada. Hay múltiples datos que nos lo indican. Por ejemplo, solo en Madrid se ha atendido telefónicamente a más de 20.000 personas en casa con sospecha o confirmación de coronavirus.

¿Es útil realizar tests de coronavirus en casos leves y asintomáticos? Desde un punto de vista clínico no aporta ninguna utilidad, pues estas personas no necesitan ningún tratamiento específico y además, una vez que la epidemia estaba descontrolada, ya era totalmente inútil rastrear el origen de los casos positivos porque con el confinamiento ya hemos actuado todos como si fuéramos casos potenciales de coronavirus. Pero desde un punto de vista epidemiológico, la detección de casos leves y asintomáticos resulta imprescindible para contener la epidemia: aislar (solo) a los infectados para que no sigan propagando el virus. Esto es crucial para el periodo de desescalada.



Es decir, el confinamiento ha sido efectivo pero no suficiente. Pedro Sánchez asegura (sin pruebas ni datos fiables) que los contagios de coronavirus se reducen y envía a España a la desescalada. Pero lo cierto es que el Gobierno no sólo NO ha realizado test masivos hasta ahora, sino que tampoco los va a realizar en plena desescalada, y ello pese a la exigencia internacional de “rastrear” los posibles focos de contagio.

Vale la pena recordar que el 80% de los afectados por esta enfermedad experimenta síntomas leves, y los asintomáticos pueden llegar a superar tasas del 15%. Sin saber si una persona es positiva o no, el haber tenido a 47 millones de españoles en arresto domiciliario durante más de dos meses (lo que implica haber destruido la economía del país) no habrá servido PARA NADA, ya que el virus seguirá circulando sin control.

El documento oficial del Ministerio de Sanidad que planifica la desescalada exige expresamente la concentración de los test PCR en los casos sintomáticos. El resto de ciudadanos no tendrá test. Esa es la política de nuestro Gobierno Criminal; con razón nuestro presidente se ha ganado a pulso el apodo de Pedro El Sepulturero, y su socio comunista de gobierno, Pablo Iglesias, El Vicepandemias.

El documento del Ministerio de Sanidad del 6 de mayo en el apartado denominado ‘Detección de casos de infección activa por SARS-CoV-2’ señala que “el objetivo de la vigilancia en la etapa de transición es la detección precoz de cualquier caso que pueda tener infección activa y que, por tanto, pueda transmitir la enfermedad”.

Pero, tras realizar esa afirmación, señala que “se considera caso sospechoso de infección por SARS-CoV-2 a cualquier persona con un cuadro clínico de infección respiratoria aguda de aparición súbita de cualquier gravedad que cursa, entre otros, con fiebre, tos o sensación de falta de aire. Otros síntomas atípicos como la odinofagia, anosmia, ageusia, dolores musculares, diarreas, dolor torácico o cefaleas, entre otros, pueden ser considerados también síntomas de sospecha de infección por SARS-CoV-2 según criterio clínico”.



Traducido: el Gobierno sólo considera caso “sospechoso de infección” al sintomático. El resto, que pueden superar la mitad de los casos totales, queda fuera de la órbita de seguimiento y control por orden oficial. Y, por supuesto, en contra de todo criterio científico.

El Gobierno justifica su postura asegurando que “según la evidencia actual, la OMS recomienda el uso de test rápidos para determinadas situaciones, estudios y con fines de investigación. En general, estos no deben usarse para el diagnóstico ni para la toma de decisiones clínicas, hasta que esté disponible la evidencia que respalde su uso para estas indicaciones”. Pero la verdad es que la decisión de restringir los tests de COVID-19 impide conocer la verdadera dimensión de la epidemia en España.

Y, por supuesto, la clasificación estadística de los casos sigue sacando del recuento oficial a todo caso no confirmado por esos mismos test que se vuelven a restringir.

Y sólo se considera “caso confirmado con infección activa el caso con o sin clínica y PCR positiva” y el caso “que cumple criterio clínico, con PCR negativa y resultado positivo a IgM por serología (no por test rápidos)”.
Es más, “los casos de infección respiratoria aguda grave con criterio clínico y radiológico compatible con COVID-19 con resultados de PCR negativos o los casos sospechosos con PCR no concluyente, se considerarán casos probables”.

Pero es que ni siquiera pagando puedes hacerte la prueba por tu cuenta. Ante la ausencia de soluciones para que los trabajadores puedan incorporarse a su puesto de trabajo con garantías, muchas empresas han decidido realizar test a sus empleados por su cuenta. Pero desde el pasado 13 de abril, el Ministerio de Sanidad prohíbe a los laboratorios privados hacer test sin prescripción médica, y conseguir la prescripción tampoco resulta fácil.

Si llamas al teléfono de Sanidad explicando que has estado en contacto con una persona que ha dado positivo en el test, las autoridades te recomendarán hacer una cuarentena esctricta, tengas o no tengas el virus, para evitar posibles contagios. En el caso de que presentes síntomas debes llamar a tu centro de atención primaria, y un médico decidirá si es necesario o no hacer la prueba en base a los criterios clínicos que considere oportunos.

Ya hay empresas que se están reinventando para crear soluciones ante la incompetencia de nuestro Gobierno Criminal, que no es capaz de crear unas condiciones seguras para la tan cacareada desescalada. Por ejemplo, una web española vende el primer kit de autodiagnóstico de Covid-19 por 79€, si bien antes de formalizar la compra online hay que rellenar un "formulario para valoración de prescripción de test" en el que debes indicar si perteneces o no a un grupo de riesgo, y señalar qué tipo de síntomas has tenido en los últimos 14 días.


Actualización 25 de agosto: El Banco de España cree que sería recomendable aumentar "de forma drástica" la capacidad de detección y rastreo de contagios por coronavirus para evitar el impacto socioeconómico de las medidas asociadas a confinamientos. En este sentido, apunta que la realización de test a gran escala en todo el mundo y el aislamiento de quienes presenten PCR positivo tendría un coste mensual inferior a las pérdidas económicas que la pandemia podría provocar en menos de una semana.

El Banco de España afirma que la búsqueda "exhaustiva" de casos y el rastreo de sus interacciones sociales permitirían aislar los casos diagnosticados y sus contactos, lo que, a su vez, facilitaría la contención inmediata de eventuales focos locales.

¿Y si en la primera ola se hubiesen hecho suficientes test?


Es evidente que la capacidad de diagnóstico observada en la primera ola de contagios fue muy baja, de modo que, como regla general, solo se hacían pruebas a aquellas personas que presentaban un cuadro médico grave. Pero, ¿cómo sería el gráfico de contagiados si se hubiesen hecho suficientes test? Si tomamos como referencia los resultados del estudio de seroprevalencia, por cada positivo "oficial" habría 10,5 contagios reales.

¿Y en la segunda ola? Tampoco ahora se hacen suficientes test como para conocer a ciencia cierta cuántas personas están infectadas de Covid-19. La consejería de Salud admite que su capacidad de diagnóstico está un 20% por debajo de la cifra real de infectados.

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