Desde el comienzo de la pandemia todos hemos visto el gran fiasco de la autoridad única del Gobierno de Pedro Sánchez en materia sanitaria y económica. Ni autoridad, porque carece de capacidades técnicas para serlo, ni única, porque colisiona con las facultades que de forma abierta o subrepticia siguen desempeñando las autonomías.
La realidad es que, tras dos meses de confinamiento, el muy desgastado Fernando Simón es incapaz de ofrecer datos ciertos y fiables de la incidencia de la pandemia en nuestro país. Quizás sea porque, en ese tiempo, el gobierno ha cambiado hasta siete veces los criterios de recuento del número de contagios y víctimas.
Lo que es seguro es que la centralización del material sanitario ha sido uno de los grandes fiascos de esta crisis del coronavirus. Numerosos contratos han generado polémica por los perfiles de los proveedores o la opacidad de las adjudicaciones, por no hablar de las compras fallidas de materiales defectuosos (test PCR, mascarillas, respiradores, etc).
Un Gobierno negligente y chapucero que habilitó 1.000 millones de euros para la compra de material sanitario con el que afrontar la pandemia del coronavirus. Sin embargo, el manejo de este dineral no ha estado exento de polémica por los perfiles de los proveedores, la opacidad de las adjudicaciones, su elevado precio, el material defectuoso recibido, e incluso la sospecha de comisionistas detrás de oscuras operaciones como éstas:
1) La empresa ‘fantasma’ a la que Sanidad compra hisopos está en Suiza y se dedica a la moda infantil
El Ministerio de Sanidad compró un millón de hisopos para extraer muestras de Covid-19 a la compañía MJ Steps Gmbh, que tiene su sede en Suiza y se dedica, fundamentalmente, a la venta de productos de cosmética y moda infantil.
La compra se hizo por 4,3 millones de euros y el BOE llegó a publicar que desconocía la dirección y el NIF de esta empresa. Su propietario, Michael Anthony Gelpke, anunciaba una nueva gama de gafas infantiles en un certamen de febrero 2018.
2) Sanidad compra respiradores por 36 millones a una empresa sin experiencia de un alto cargo con Bono y ZP
El departamento que dirige el socialista Salvador Illa pagó 36 millones de euros por la compra de 5.000 respiradores a la empresa Escribano Mechanical and Engineering S.L, que se dedica a la fabricación de componentes electrónicos para el Ejército.
En dicha mercantil es consejero Miguel Ángel Panduro Panadero, quien durante ocho años fue consejero delegado de la empresa pública Ingeniería de Sistemas para la Defensa de España S.A. (ISDEFE) –designado por el entonces ministro José Bono– bajo mandato del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.
En este caso, fue el equipo de la ministra de Industria, Reyes Maroto, el que impuso a la empresa Escribano Mechanical and Engineering S.L para fabricar 5.000 respiradores patentados por otra compañía madrileña.
3) Un joven graduado en 2015 es el proveedor hongkonés al que Sanidad ha comprado 245 millones
El segundo mayor proveedor de material sanitario al Gobierno, sin concurso público y por importe de 245 millones de euros, fue la firma Hongkong Travis Asia Limited, creada en mayo de 2019 por el joven empresario chino Xueli Yu, de 29 años y graduado en la escuela de negocios de la Universidad de Boston (EEUU) en enero de 2015. Sanidad contrató a esta sociedad con apenas 11 meses de vida.
Asimismo Hongkong Travis Asia Limited tiene vínculo con el tercer mayor proveedor del Ejecutivo: Hangzhou Ruining Trading Co., Ltd, que recibió contratos por 116 millones. La representante legal de esta última: Li Xiaojuan es socia de Xueli Yu en Hongkong Travis Asia Limited, que ‘comparte’ despacho de apenas 35 m2 con otras trece firmas. Ambas sociedades exportaron el material por medio de la «capacidad logística» de Inditex.
4) El Gobierno compra mascarillas a una ‘offshore’ china radicada en el paraíso fiscal de Islas Caimán
El Ejecutivo socialcomunista recurrió a una offshore china radicada en el paraíso fiscal de Islas Caimán para la adquisición de 140.000 mascarillas de protección con destino a las Fuerzas Armadas. Fue un contrato firmado por el Ministerio de Defensa con la empresa proveedora Angelina Environmental Spain S.L, vinculada estrechamente a la compañía matriz China Pioneer Pharma Holdings Ltd. Tanto que, gracias a ella, pudo realizar la operación con el Ejecutivo español a partir de la comunicación de la operación a la Bolsa de Hong Kong.
Dicha compañía offshore opera en las Islas Caimán a través del despacho de asesoramiento financiero del grupo holandés Intertrust. El nombre de este administrador de fondos apareció en los Paradise Papers, la investigación internacional que destapó en el año 2017 los trucos fiscales de personalidades mundiales y empresas multinacionales.
5) La empresa de los test ‘fake’ de Illa vende óvulos vaginales, geles íntimos y vigorizantes sexuales
Geles íntimos, vigorizantes sexuales, óvulos vaginales o anticelulíticos. Son sólo algunos de los productos que vende, a través de su página web o en farmacias, la empresa catalana Interpharma. La compañía a la que el Ministerio de Sanidad encargó los tests de detección del coronavirus por valor de 17,1 millones de euros, que luego resultaron ser defectuosos, no tiene entre sus líneas de negocio nada similar a las pruebas de Covid-19.
6) El Gobierno pagó a Interpharma 26 euros por cada test ‘fake’, casi el triple del precio de mercado
El Ministerio de Sanidad firmó dicho contrato de 17,1 millones de euros con la empresa Interpharma para adquirir los famosos test ‘fake’ de la empresa china Bioeasy Biotechnology. Fueron en total 659.000 test los comprados, pero con un precio que tampoco tiene justificación: cada test salió a un coste de 26€, cuando lo cierto es que en el mercado es posible comprar hoy mismo a un precio casi tres veces inferior: laboratorios internacionales de pleno prestigio los ofrecen a 10 dólares.
7) La Cámara de Cooperación Hispano China ofreció 4 fabricantes de test avalados pero Sánchez eligió al timador
¿Tan difícil es, para el Gobierno de una nación, conseguir un listado de empresas autorizadas para exportar con el sello oficial chino? Se trata de una simple gestión en la ventanilla oficial correspondiente que tiene un coste de unos 15 dólares. Por cierto, éstas son: Liferiver Biotech, BGI, Daan Gene, Sansure Biotech, Bio-germ Medical, Wondfo Biotech, Innovita, Chengdu, Abtechnology, Bioscience, Maccura Biotechnology, Innodx, Hecin-scientifc, Easy Diagnosis, Vazyme Biotech y Livzon Diagnostics.
Aún así, la Cámara para la Cooperación Hispano China llegó a ofrecer al Ministerio de Sanidad cuatro fabricantes registrados por el Gobierno chino y avalados por ese organismo que eran capaces de realizar envíos de tests de coronavirus a España. Pero el Ejecutivo de Sánchez optó por los de la empresa china Bioeasy Biotechnology, importados por la catalana Interpharma.
8) El Gobierno compra batas a empresas chinas 66 veces más caras que las adquiridas a compañías españolas
El Ejecutivo socialcomunista compró una partida de batas desechables a empresas chinas 66 veces más caras que las adquiridas a compañías españolas. Entre el 20 y el 27 de marzo, el Gobierno cerró contratos de este material con Medline International Iberia S.L y con Suministros Hospitalarios S.A. Ambas empresas españolas.
Pero también en esas fechas, Sanidad realizó pedidos a las empresas chinas China National Instruments Import & Export Group Corporation y a Weihai Textile Group Import & Sport Co. Ltd.
Con las españolas, los precios por unidad de las batas fueron de 0,3263 euros (con Medline) y de 0,2783 euros con Suministros Hospitalarios. Mientras que en las operaciones con China National y Weihai, el precio cerrado por unidad osciló entre los 12,88 y los 18,50 dólares.
9) Sánchez paga hasta 3 veces más por comprar guantes y gel a empresas chinas de lo que le cobran las españolas
El Gobierno también pagó más dinero a empresas chinas en comparación con firmas españolas par adquirir guantes y geles desinfectantes.
Por ejemplo, la compra de guantes a la sociedad china Hong Jin Medical Science supuso pagar al menos el doble de precio. Tales guantes adquiridos en China resultaron ser un 277% más caros que los de la empresa española Medline International Iberia; un 211,76% que los de Suministros Hospitalarios y un 244,10% que los de Sanicen.
10) Sánchez exporta a Cuba 41.738 equipos de protección contra el coronavirus en pleno desabastecimiento en España
Pese a los problemas de abastecimiento de equipos de protección individuales (EPI) en España, el Gobierno de Pedro Sánchez reconoció haber exportado equipos de protección frente al coronavirus a Cuba y a otros cinco países más. Así lo admitió por escrito a una pregunta de Vox. En el caso de Cuba, se enviaron un total de 41.738 unidades, el 80% guantes.
La salida de este material se produjo en el peor momento de la crisis, cuando miles de médicos, enfermeras y otros profesionales se dejaban su vida por salvar la de los demás ataviados con bolsas de basura y otros enseres improvisados por la falta de equipos de protección adecuados.
10) El gran fiasco del Ingesa
Por no hablar del gran fiasco del INGESA, organismo dependiente del Ministerio de Sanidad, ha adjudicado 14 contratos de compra de material sanitario a proveedores con dirección desconocida, lo cual «rompe todos los esquemas de contratación en el sector público, ya que es inadmisible que no figure ese dato en el dossier aportado por el adjudicatario». El montante total de estos contratos asciende a la friolera de 313,77 millones de euros más IVA.
Dichos contratos se tramitaron por un procedimiento «negociado sin publicidad acelerado», por lo que en cada uno de ellos solo presentó oferta una única empresa. 2,5 millones de mascarillas FFP3 por un importe de 11,7 millones de euros, 56,2 millones de mascarillas FFP2 por 150.061.218,91€, batas por más de 29 millones, 8,2 millones por 200 respiradores, etc. Y la lista sigue hasta llegar a los 313.778.620,16 euros en contratos a empresas de dirección «desconocida». Huele mal, pero que muy mal.
Dichos contratos se tramitaron por un procedimiento «negociado sin publicidad acelerado», por lo que en cada uno de ellos solo presentó oferta una única empresa. 2,5 millones de mascarillas FFP3 por un importe de 11,7 millones de euros, 56,2 millones de mascarillas FFP2 por 150.061.218,91€, batas por más de 29 millones, 8,2 millones por 200 respiradores, etc. Y la lista sigue hasta llegar a los 313.778.620,16 euros en contratos a empresas de dirección «desconocida». Huele mal, pero que muy mal.
Resumen de los 14 contratos publicados en el BOE a empresas con "dirección desconocida" y con solo 1 oferta recibida.#Transparencia #NoHayPlanB #GobiernoDelBulo— SánchezPlag (@sancheztesis) May 2, 2020
Salvador Illa, el peor ministro de Sanidad de la historia
La gestión de la crisis sanitaria está pasando factura a Salvador Illa, ministro de Sanidad en tiempos de la pandemia. Sus ruedas de prensa diarias así como las preguntas de la oposición en la comisión de Sanidad en el Congreso lo han situado en el punto de mira, ya que se ha erigido como la principal voz del Gobierno en esta crisis, junto al presidente Pedro Sánchez.
Esta sobreexposición, sumada a la falta de concreción en el número de test realizados a los españoles, o el baile de cifras entre las mascarillas defectuosas entregadas a los hospitales de todo el país, la manipulación estadística de la pandemia, y los polémicos pases de fases en la desescalada que se autorizaban más por el color político que por el criterio científico... todo ello ha mermado su proyección e imagen pública. La difícil situación que atraviesa Illa ha hecho que barajara la idea de dimitir, pero hacerlo en medio de la crisis hubiera sido contraproducente.
Y es que, cuando nombras un Consejo de Ministros no para gobernar, sino de cara a la galería, buscando contentar a populistas, nacionalistas y separatistas y a base de cuotas, como ocurre en el caso del ministro de Sanidad, corres el riesgo de que la realidad atropelle tal designación, como está ocurriendo con el ministro Pesad-Illa.
Tras las últimas elecciones, Pedro Sánchez reservó para Illa un sillón en su consejo de ministros. Lo hizo para designarlo interlocutor con Cataluña en la mesa de diálogo entre gobiernos, convirtiéndose así en una pieza indispensable en la negociación con ERC (trabajo que dio sus frutos al culminar con la investidura de Sánchez). Como Illa es filósofo y no tiene experiencia en la materia, el presidente le asignó la cartera de Sanidad, una de las "marías" ya que, desde hace décadas, las competencias en salud están transferidas a las autonomías. Tendría poco trabajo y menos decisiones que tomar.
Porque no olvidemos que Illa llegó a ministro sin haber sido antes diputado ni accedió al ministerio por su buen manejo en las altas esferas de la Administración, sino por su perfil de hombre de partido dispuesto a allanar la negociación con los secesionistas. Y claro, cuando tu hoja de servicios, la de gestor de la cosa pública, son diez años como alcalde de tu pueblo (La Roca del Vallès, de diez mil y pico habitantes), junto a dos estancias breves en el Ayuntamiento de Barcelona y en el Govern, ya no una pandemia mundial, sino en tu propio país, se te queda demasiado grande.
Que Illa no es médico ni científico ya lo sabíamos, pero su desconocimiento del sistema autonómico, al que ha desabastecido negligentemente en la lucha contra el bicho, ha evidenciado su incompetencia.
El Estado ya se prepara para afrontar reclamaciones millonarias por su irresponsabilidad y negligencia
Actualización 3 de mayo: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y el ministro de Sanidad, Salvador Illa, han sido denunciados junto al director del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria Ingesa, Alfonso Jiménez, ante la Fiscalía Anticorrupción por malversar supuestamente más de 50 millones de euros en la crisis del covid-19.