Ir al contenido principal

En caída libre

Cuesta abajo, marcha atrás y sin frenos. Así va España tras un verano mucho peor de lo esperado, en el que la anhelada recuperación en V asimétrica pronosticada por el Gobierno no se ha visto por ningún lado y mientras la factura económica del desempleo continúa creciendo. No podía esperarse otra cosa, después de la catastrófica gestión gubernamental que ha hundido la economía y el empleo. Tanto decir que no iban a dejar a nadie atrás y ahora todos vamos a estar detrás, debido a la evolución de los rebrotes, la debacle del turismo, las restricciones, las decisiones sin rumbo de las administraciones, y la ausencia de un liderazgo que diga -para variar- alguna verdad.



El golpe de la pandemia ha roto moldes en términos económicos en los países más desarrollados. Las medidas de contención y el frenazo de la actividad adoptados desde el pasado marzo para limitar la expansión del Covid-19 han provocado la mayor caída conjunta del producto interior bruto (PIB) en los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) desde que hay registros.

De la magnitud del batacazo da idea que el desplome de la actividad en la OCDE entre abril y junio es del 9,8%, es decir, una contracción que multiplica por más de cuatro la caída del 2,3% registrada en el primer trimestre de 2009, en el peor momento de la crisis financiera global. La Unión Europea ha experimentado un descenso del 14,2%, mientras que la zona euro ha acusado su retroceso hasta el 15% en relación al segundo trimestre de 2019.

Si el escenario general es muy preocupante, lo es más en algunas economías. Ningún otro país europeo ha experimentado un desplome económico similar al de España. Tenemos un agujero del 18,5% en el PIB (descenso que alcanza el 22% si lo comparamos con el mismo trimestre del año anterior). Esta contracción muestra a la perfección el impacto de la Gran Reclusión sobre la actividad.

La exposición al turismo exterior, la extraordinaria apertura internacional de la economía, y unas muy mejorables respuestas políticas para amortiguar tal descalabro figuran entre las razones principales.

A éstas hay que añadirles la difícil capacidad de reacción de una economía basada en gran parte en el sector servicios, que la industria española tiene una gran dependencia del sector del automóvil (uno de los más golpeados durante esta crisis), y el alto nivel de endeudamiento que ya tenía España en niveles previos a la pandemia. La tormenta perfecta.

La preocupante situación de España por su mayor dificultad para contener la segunda ola y activar la economía contrasta con la mejora que se está registrando en otros países desarrollados gracias, entre otros, a que han podido frenar a tiempo los rebrotes.


La debacle del turismo


España es un país muy dependiente del turismo, lo que hace que sea más vulnerable a esta crisis en la que hay que limitar el contacto y la movilidad.

España cerrará los ocho primeros meses del año con alrededor de 40 millones de turistas internacionales menos que el año pasado, que habrán dejado de gastar unos 50.000 millones de euros. Por hacernos una idea más precisa: el descalabro del turismo solo en el mes de julio (que no ha sido el peor) ha supuesto un agujero para la economía nacional de 9.500 millones de euros no ingresados debido a la pérdida de más de 7 millones de turistas. Esta cifra es superior a la suma del presupuesto de los ministerios de Educación y de Sanidad juntos.



¿A qué se debe esta situación sin precedentes? A múltiples factores, desde las restricciones nacionales en cuanto al ocio, a la recomendación de Alemania (nuestro segundo mayor mercado emisor de turistas) de no viajar a España, a las cuarentenas impuestas por diferentes países (entre ellos, Reino Unido), al regreso acelerado de miles de turistas tras los avisos de gobiernos extranjeros, al temor de los turistas (nacionales y extranjeros) a los contagios y a la incertidumbre, originada en muchos casos por la desinformación o las informaciones contradictorias.

La situación es más crítica en las zonas más turísticas, como Baleares, Canarias, y otros destinos de 'sol y playa' como las costas andaluzas y valencianas.

El desplome del gasto de los extranjeros en España responde, principalmente, al hundimiento del consumo en hostelería y restauración. ¿Por qué? Por un lado, porque hay pocos turistas (han elegido quedarse en su país o, al menos, evitado viajar a España); y por otro, porque a los que hay no se les deja salir a consumir, dado el cúmulo de prohibiciones decretadas en el sector del ocio (bares, pubs, discotecas...).

La suma de todos esos factores apunta a que el turismo perderá 98.753 millones de euros en 2020 -según Exceltur (lobby que representa a 29 de las empresas turísticas más importantes de España). El desplome de los ingresos que generan los visitantes internacionales fulminará casi tres cuartas partes de los ingresos registrados el año pasado, con un descenso del 74% (apenas ingresará 18.375 millones de euros).


Según las cifras de Eurocontrol, el tráfico aéreo se desplomó un 90% en marzo, y esta cifra se mantuvo prácticamente inalterada hasta finales de junio, a pesar de que las medidas de "desescalada" empezaron en la segunda mitad de mayo. El arranque de la campaña estival en el mes de julio propició una cierta remontada del tráfico aéreo, pero los datos siguieron casi un 50% por debajo de los niveles observados un año antes. A lo largo del mes de agosto, el tráfico aéreo volvió a caer de nuevo, hasta situarse cerca de un 60% por debajo de los registros del mismo periodo en 2019.

Como consecuencia, el impacto sobre el empleo será de dimensiones inéditas, ya que a cierre de julio, las grandes actividades turísticas ya contaban con 823.000 empleados menos, de los que 517.000 estaban incluidos en un ERTE y 306.000 habían perdido su puesto de trabajo, con las agencias de viaje y las aerolíneas como los sectores más afectados.

Si se hunde el turismo, se hunde la economía española, porque este sector es el tractor del PIB (un 13%) y del empleo (un 14,7%) de nuestro país. Y la recuperación de la demanda ya no se espera hasta la próxima temporada de verano 2021.

Ante la debacle del turismo en el mes de julio, la esperanza para agosto era que el turismo nacional permitiera compensar, aunque de forma muy parcial, las fuertes caídas del internacional. Pero ha sido insuficiente; las pernoctaciones han bajado un 64% en el mes de agosto.


Aumenta el desempleo


En los últimos 12 meses del año, el paro se ha incrementado en 737.010 personas (un 24% más, en términos interanuales), la mayor cifra desde 2009, cuando estalló la burbuja inmobiliaria.


Por tanto, la ilusoria recuperación en V y los ficticios brotes verdes del Gobierno tampoco llegan al mercado laboral español. Al cierre del mes de agosto, España solo ha recuperado un 20% del empleo perdido por el coronavirus. Hay un total de 3.802.814 desempleados y algo más de 812.000 trabajadores en ERTE.

En agosto, el paro ha subido en 29.780 personas, aunque se trata del menor incremento en este mes desde 2016, un dato que no ha dudado en destacar el Gobierno. Sin embargo, hay que tener en cuenta que estamos ante uno de los agostos más atípicos de la historia de España. La debacle del turismo ha implicado que en julio y agosto no se haya producido el mismo nivel de contrataciones que años anteriores, uno de los motivos que explican que el número de parados al terminar el mes sea menor que otros años. Básicamente, porque no había tantos contratos que terminar.

La afiliación a la Seguridad Social ha subido en agosto en 6.822 personas (no se contabilizan los ERTE, porque al ser suspensión de empleo siguen dados de alta en la Seguridad Social). Pero este dato no es más que un mero espejismo estacional, porque en términos interanuales los afiliados han disminuido en 527.851 personas.

La Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) creen que estos datos no se ajustan a la realidad, debido a la aplicación de mecanismos como los ERTE que distorsionan la imagen real del mercado laboral (al cierre del mes de agosto todavía había 812.438 personas incluidas en un ERTE parcial o por fuerza mayor por Covid, que no figuran en las estadísticas oficiales como parados).

Si no se logra mantener en pie el tejido productivo con mayor liquidez y reabriendo la economía, la destrucción de empresas provocará que muchas de esas personas afectas por los ERTE verán destruido su empleo y engrosarán el paro registrado. Hay 101.814 empresas menos que hace un año, según la Seguridad Social, lo que demuestra que la caída de la economía ya venía de antes, cosa que el Gobierno negaba.

Por otro lado, España ya se ha comido el dinero que llegará de Europa para financiar la cobertura del paro. En los siete primeros meses del año, el SEPE ha reconocido prestaciones por valor de 23.359 millones de euros, y España solo recibirá de la UE 21.300 millones de euros (por medio de un préstamo del Programa SURE). Actualmente 3,24 millones de trabajadores cobran alguna prestación económica a cargo de los servicios públicos de empleo, lo que ha elevado la cobertura hasta el 91%. Esto significa, ni más ni menos, que el SEPE paga hoy más prestaciones que nunca.


La brecha del consumo


El turismo explica una parte de la brecha, pero hay otros factores que explican por qué España se ha quedado tan rezagada en la recuperación económica. El grueso está en el consumo de los hogares que, por otra parte, es el principal componente de la demanda.

En España el consumo ha sufrido un desplome superior al de los vecinos europeos. Según las estadísticas del INE, el gasto de las familias en el segundo trimestre de 2020 sufrió un desplome del 22,5%, con los ciudadanos “en modo ahorro” para conservar sus salarios ante la incertidumbre de la economía y del empleo.


Hay tres factores que explican la caída del consumo de los hogares en España:
1) El propio confinamiento, cuya duración e intensidad fue mayor en España que en el resto de países europeos.
2) La estructura del mercado laboral: en España hay tanto empleo temporal que cuando empezó la crisis se destruyeron muchos puestos de trabajo, detrayendo el consumo por la cantidad de hogares que existen en una situación económica muy delicada.
3) La pérdida de la Semana Santa, que en España es muy intensa en turismo nacional.

Ante la caída del consumo de hogares y empresas, el sector público se convierte en clave para sostener la economía.

Fuga de capitales


La salida o entrada de capitales es un saldo que resulta de tener en cuenta lo que los residentes españoles invierten fuera del país y lo que los extranjeros destinan a España en ese mismo periodo.

Pues bien, entre enero y junio, España registró una salida de capitales por valor de 48.800 millones de euros, frente a las salidas de 18.000 millones del mismo periodo del año anterior.

La caída de la industria


El turismo no es el único motor económico que está gripado. La industria nacional ha sufrido un fuerte parón que nos sitúa a la cola de Europa. El volumen de producción del total de la industria española en junio fue un 14,3% inferior al del mismo mes del año anterior (el peor dato de toda la eurozona, que es del 11%). Estos resultados son consecuencia de dos factores principalmente: la gravedad de la propagación del virus y la dependencia de sectores muy afectados por la crisis.

La distribución de la producción también está jugando un peso determinante. Dos sectores de los que España tiene una elevada dependencia han sufrido durante la crisis y todavía siguen sin recuperarse.

El primero es el del automóvil, que ha sufrido un duro golpe del que está por ver cómo saldrá. En junio la producción de las fábricas de vehículos fue todavía un 23% inferior a la del mismo mes del año anterior y la del resto de equipos de transporte registró un descenso del 26%. Esta actividad del transporte daba empleo directo a más de 300.000 trabajadores antes de la pandemia, sin contar con el empleo de la industria auxiliar.

El segundo es el de la industria textil, que sigue sufriendo los estragos del hundimiento de la demanda y que todavía sigue un 38% por debajo de los niveles de un año antes. En España hay más de 150.000 trabajadores en el sector textil (incluyendo el cuero y el calzado), lo que contribuye a agravar la caída de la producción industrial.

Entradas populares de este blog

#GobiernodeChapuzas: 50 errores imperdonables

Los errores e improvisaciones del Gobierno de España en la gestión de la pandemia por coronavirus vienen siendo constantes y gravísimos. Parece que la ciudadanía comienza a "despertar" y se está empezando a dar cuenta de tanta negligencia, y hartos de ello,  en las redes sociales los hashtags #GobiernodeInutiles, #GobiernodeChapuzas, #SánchezVeteYa y #GobiernoDimision son tendencia desde hace días. Incluso se han celebrado varias manifestaciones virtuales ciudadanas para protestar contra las medidas y actuaciones del gobierno de coalición, llegando a pedir su dimisión en bloque. Pero la ineficacia de nuestros dirigentes ha traspasado fronteras . Medios internacionales como el diario británico  The Guardian ha criticado la pésima gestión de Pedro Sánchez, y la prensa alemana también se ha hecho eco de ello diciendo que " España deberá preguntarse cómo pudo ocurrir algo así ". Incluso la OMS pone a España como ejemplo de lo que NO hay que hacer. Un informe in...

CoronaHumor: meteduras de pata y frases épicas de nuestros ministros

Resulta alucinante la incultura e ineptitud de nuestros gobernantes y dirigentes. Es para llevarse las manos a la cabeza. ¡Dios mío, en manos de quiénes están nuestras vidas! Sea por el motivo que sea, en las carreras de los personajes públicos hay escándalos mayúsculos y meteduras de pata muy difíciles de olvidar y, por supuesto, objeto de memes y burlas. Éstas son algunas de las frases épicas de nuestros políticos, ministros y científicos "expertos" en relación al coronavirus: La Ministra de Trabajo y los ERTE En éste vídeo la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, trata de aclarar las dudas de los periodistas sobre los ERTE. ¡De auténtica vergüenza! La explicación ha suscitado numerosos memes como esta parodia , que se ha hecho viral, en la que la actriz Toni Acosta hace un paralelismo cambiando el tema de los ERTE por los ERCE (expediente de regulación de cumpleaños encerrados) . El coronavirus "D-iciembre 2019" de Ayuso La preside...

El populismo casposo de Podemos

Populista es todo aquel que promueve, en la lucha política, la división social en dos grupos homogéneos y antagónicos ("ciudadanía" vs "casta") y aplica políticas autoritarias revestidas de democracia . La irrupción de movimientos populistas ha tenido consecuencias importantes sobre nuestro sistema politico de partidos: la fragmentación del panorama electoral, la polarización ideológica, la acentuación de dinámicas centrífugas en la competición política, y un 'efecto contagio' que ha afectado a las formas e ideas de los partidos tradicionales. Nuestros regímenes democráticos son regímenes de opinión pública a través de la cual, el populismo va calando entre unos gobernantes que no quieren ser "impopulares". De este modo se va imponiendo la opinión de una mayoría no cualificada ni suficientemente informada . Tras las últimas elecciones, el PSOE pasó de negarse a pactar con Podemos (por considerarlo un partido populista destinado a transformar...